El Papa apuntó contra los fabricantes de armas

En este 1° de mayo en que la Iglesia recuerda a San José trabajador e inicia el mes mariano, el papa Francisco volvió a lanzar sus dramáticos mensajes por la paz, en un mundo en parte en guerra. Dijo que “hoy las inversiones que dan más rédito son las fábricas de armas”. Y reiteró: “ganar con la muerte, es terrible”.

En la audiencia general en la plaza de San Pedro al Vaticano, Francisco recordó a los pueblos víctimas de la guerra: “Ucrania, Palestina, Israel” y añadió “Rohingy en Myanmar”.

El Papa pidió renovar las oraciones por la paz y por los pueblos víctimas de la guerra. Reiteró que “la guerra siempre es una derrota, siempre”, al final de la audiencia general.

“Pedimos la paz para estos pueblos y para todo el mundo. Pedimos que la paz vaya adelante”, afirmó Francisco.

En otro mensaje de sus prédicas en las audiencias generales, dedicado a los vicios y las virtudes, recordó que la fe “es la única virtud que se nos concede de envidiar, porque impone la gracia en nosotros “ y abre la mente “al misterio de Dios”.

El Papa recordó que la fe “es la que nos hace cristianos”. Recordó que el miedo es enemigo de la fe y evocó el episodio del Evangelio, cuando los apóstoles en medio a la tormenta ven a Jesús dormir. “¿Porqué tienen miedo?”, les preguntó Jesús. “¿No tienen aún la fe?”.

Francisco dijo que “la fe es un don del Bautismo”.

En otros pasajes de sus prédicas en la audiencia general de los jueves, el Papa invitó a los religiosos y las religiosas a cuidar la propia formación y “ser testigo creíbles del Evangelio”.

Subrayó que “cada vocación es un diamante en bruto a pulir, a trabajar para plasmar todas sus facetas”.

“Un buen sacerdote, una religiosa, deben ser ante todo un hombre, una mujer, formados, plasmados por la gracia del Señor”, acotó.

El pontífice argentino concluyó: “Rezamos para que las religiosas, los religiosos y los seminaristas crezcan en su propio camino pastoral mediante una formación humana pastoral, espiritual y comunitaria que los lleve a ser testimonios creíbles del Evangelio”.

Fuente: diario Clarín