El vocero de los uniformados indicó que seguirán acampando y protestando por mejores salarios y condiciones dignas de trabajo.
La situación en la provincia de Misiones por el reclamo salarial de la Policía sumó otro capítulo de máxima tensión este domingo. El vocero de los manifestantes, Ramón Amarilla, confirmó que seguirá el acampe “hasta las últimas consecuencias”. La llegada de fuerzas de Gendarmería y Prefectura generó algunos disturbios en las afueras del Comando Radioeléctrico , para desalojar a los protestantes, que desde hace días protestan por mejoras en las condiciones de trabajo.
En la mañana de hoy, se hizo presente en el Comando donde se mantienen acuartelados los manifestantes, el jefe de la Policía provincial. En el mismo momento, arribaron al lugar otras fuerzas nacionales de seguridad junto a la guardia de infantería local.
Fue una mañana cargada de reuniones y negociaciones, sin resultado alguno favorable a los manifestantes, que exigen un aumento salarial acorde al impacto del costo de vida. A la protesta se sumaron trabajadores de la salud y la educación que también reclaman mejores sueldos y rechazo al ajuste.
“Necesitamos un ministro que defienda a sus policías”, expresó Amarilla ante la gente, en la puerta del Comando Radioeléctrico, donde se mantienen reunidos a la espera de una definición. “Queremos que nos escuchen”, agregó.
El vocero contó cuál es el estado de las negociaciones con el gobierno de Misiones. Aclaró que “no somos delincuentes” y confirmó que “el acampe sigue”. “No vamos a permitir que lastimen a nuestra gente. Seguimos acá hasta las últimas consecuencias”, remarcó.
Fue entonces cuando se produjo el avance en las afueras del Comando Radioeléctrico de Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura, quienes dispusieron un cordón de contención en la intersección de las avenidas Uruguay y Trincheras de San José.
Esta situación se dio mientras más uniformados se desplegaron por calles internas del barrio El Palomar hasta finalmente rodear la zona. Además, al pedido de mejoras salariales se sumaron docentes y profesionales de la salud.
Fuente: Ambito