Obispos reclaman “mayor presencia del Estado” para asistir a personas en situación de calle

El fin de semana publicábamos en nuestro diario digital un documento que firmaron Obispos de la Patagonia y del Comahue en el que criticaron con dureza el “ninguneo estadístico” en el marco del CENSO realizado el año pasado sobre las personas en situación de calle.

Esta mañana en diálogo con Radio Altos, Roberto Álvarez, obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, señaló que en algunas de las justificaciones que se brindaron sobre “la no aparición” en los registros estadísticos de las personas en situación de calle fueron que la noche anterior o mismo día del CENSO se recorrieron distintos espacios donde habitualmente se encuentran las personas sin hogar y como no las hallaron “se puso cero” en la planilla.

En ese punto, advirtió que para que una cifra llegue a estar en el CENSO nacional ha pasado por distintas instancias (municipal, provincial y nacional) y por eso afirmó que asombra que la persona que “puso el cero en el registro no tenga alma para decir estoy pasando un cero sabiendo que esta gente existe”.

Aclaró que a la Iglesia se le dificulta poder hacerse cargo de las personas en situación de calle y remarcó que todo se complejiza en las provincias del sur durante el invierno cuando baja mucho la temperatura. “Llega nuestro crudo invierno y esas personas no censadas están abajo o al costado del calefactor de la capilla o de la iglesia y la pregunta es qué hago con esa persona. Qué pasa si ni siquiera son un número”, se preguntó. 

Según señaló, en distintas localidades negocian y trabajan con el Estado para que les brinde la infraestructura (un espacio físico donde puedan alojarse las personas en situación de calle) y personal para tareas de seguridad. Detalló que en algunos lugares tienen servicio de ducha, de comida y se van ampliando las prestaciones, por ejemplo, con conversatorios, con un peluquero o con trámites para hacer el DNI.

Para describir la compleja situación, recordó que el invierno pasado una persona murió congelada en plena vía pública: “Si no tenemos corazón para eso, para qué lo tenemos”.

Álvarez enfatizó que en los últimos años se ha agravado la situación social y que se han incrementado los requerimientos de ayuda en los espacios que destina la Iglesia a contener a las personas más vulnerables. “Se han agravado en cuanto a que se han hecho sostenidos en el tiempo. Pasó de ser la urgencia de la pandemia donde dimos infinidad de viandas a requerimientos nutricionales”, manifestó.