El Día Mundial de la Voz se celebra desde el año 1999 con el objetivo de mejorar la detección precoz de enfermedades de laringe y de la voz. La propuesta fue realizada en aquel momento por la Federación Internacional de Sociedades de Otorrinolaringología.
Según estudios, la prevalencia de trastornos vocales en la población varía entre un 7% y un 17%, aumentando entre un 40% y 50% en los profesionales de la voz. Entre las ocupaciones y profesiones con más posibilidades de sufrir trastornos de este tipo se encuentran los docentes, telefonistas, cantantes y oradores por el uso y abuso prolongado de la misma y por falta de técnica vocal adecuada.
Uno de los cambios más anormales en la voz es la ronquera, que en realidad se conoce técnicamente como “disfonía”. Se trata de la dificultad para emitir sonidos al intentar hablar, la cual puede manifestarse desde una voz más apagada, aireada, apretada, más grave o más aguda de lo esperado, con cortes, o incluso hasta la pérdida total de la voz o afonía.
Además, entre los primeros síntomas de alerta de problemas en la voz se encuentran:
- Fatiga o cansancio durante o después del habla.
- Sensación de falta de aire al hablar.
- Dolor y/o molestias en el cuello y hombros al hablar.
- Carraspeo frecuente, molestias al tragar.
- Dolor de oído después de hablar.
- Sensación de cuerpo extraño en la garganta.
- Pérdida de la voz parcial o total.
Según Patricia Farías, especialista en vocología del servicio de otorrinolaringología del Hospital Británico, “frente a una disfonía que persiste por más de 7 días es aconsejable consultar a un médico otorrinolaringólogo y ante el uso excesivo de la voz es clave realizar entrenamientos con un fonoaudiólogo”.
Consejos y cuidados para prevenir enfermedades de la voz
- No gritar, evitar forzar la voz o permanecer hablando mucho tiempo en sitios ruidosos.
- Tomar al menos 2 litros de agua por día: la hidratación contribuye al buen trabajo de sus cuerdas vocales.
- Evitar el carraspeo para aclarar la garganta: puede dañar la laringe y sus cuerdas vocales.
- Dormir adecuadamente y hacer ejercicio físico de forma habitual.
- Realizar tratamientos adecuados para alergias y catarros.
- Algunos medicamentos pueden alterar la voz.
- Ciertos alimentos son irritantes y generan reflujo gastroesofágico, tales como los picantes, el alcohol, el café en exceso, las comidas muy condimentadas, etc.
- No utilizar la voz al realizar esfuerzos corporales, por ejemplo, hablar cuando se levanta algo pesado.
- En caso de hablar por tiempo prolongado, intercalar reposos de 5 a 10 minutos por cada hora de habla continua.
- Evitar el uso de la voz durante procesos de enfermedad: faringitis, laringitis.
- Ante ocupaciones como docente, telemarketer, guía de turismo, etc, entrenar la voz con un fonoaudiólogo y consultar eventualmente si la voz cambia o se cansa.
- No es normal que los niños estén roncos.
- Aprender a utilizar la voz con el mínimo esfuerzo necesario, mantener la mandíbula, la cara y el cuerpo relajados.
- Aprender a escuchar más, así descansará la voz y mejorará la comunicación.
- Evitar comunicaciones telefónicas prolongadas.
- Utilizar una voz suave con articulación clara.
- Utilizar una buena respiración para hablar y cantar.
- Evitar hablar o cantar en un rango que esté fuera de los límites vocales.
- Utilizar sonidos no vocales para llamar la atención, tales como aplausos, campanas, silbatos, etc.
- Usar gestos y expresiones corporales para acompañar a la voz.
- Tomar conciencia del ruido del medioambiente y no competir aumentando la intensidad al hablar.
Fuente: Ámbito