Advierten que las partidas destinadas a la respuesta integral al VIH, hepatitis virales, ITS y tuberculosis suponen un "giro preocupante" en la estrategia sanitaria del país.
La Fundación Huésped, que vela por la respuesta al VIH, realizó un concreto análisis sobre el proyecto del Presupuesto 2026 en materia sanitaria y criticó el enfoque de la política de ajuste del Gobierno, que limita el sostenimiento de los tratamientos actuales y relega pilares fundamentales como la prevención, la detección temprana y el diagnóstico.
Desde la organización subrayan que el presupuesto es la expresión de las prioridades de la gestión actual. Reducir o invisibilizar partidas destinadas a VIH e ITS, se traduce en un claro mensaje: la salud pública y los derechos humanos fundamentales no están en el centro de la agenda.
“Cada peso no invertido en prevención, detección temprana y tratamiento oportuno demanda más dinero para tratar las consecuencias de esta falta de inversión”, sostienen desde Huésped.
Los puntos críticos del Presupuesto 2026: detalles de un nuevo ajuste
El análisis detalla recortes significativos y omisiones en herramientas esenciales:
1. Prevención: PrEP y PEP desaparecerían
“Lo que no se nombra, no existe”, relata el informe los valores para la prevención combinada que aparecen en cero. La no mención de la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP) y la Profilaxis Post-Exposición (PEP) en las metas presupuestarias de 2026 es un aspecto de los más críticos. En 2023, se asistió a miles de personas con estas herramientas de prevención. Su omisión total en el presupuesto de 2026 no solo debilita la planificación, sino que borra del debate público herramientas esenciales para prevenir nuevas infecciones.
El preservativo es un método de barrera físico que actúa de forma inmediata y protege contra otras ITS. Es accesible y fácil de distribuir. Sin embargo, tras un 2025 sin compras y con faltantes en todo el país, el proyecto de 2026 prevé una recuperación que está muy por debajo de las metas estipuladas en 2023.
2. Reducción drástica en diagnósticos y los reactivos
Para 2026 se prevé la distribución de 581.000 test rápidos, lo que representa una reducción del 49,3% respecto a 2023. Esta caída afecta, directamente, la detección temprana y puede tener consecuencias delicadas al corto plazo: en Argentina, el 45% de los diagnósticos de VIH ya se realizan de manera tardía, lo que impide el inicio oportuno del tratamiento y aumenta la transmisibilidad, lo que compromete el principio de Indetectable = Intransmisible (I=I), que se logra rápidamente con testeos tempranos.
La proyección para 2026 de los reactivos de carga viral es de 116.215 pruebas. Esta cifra se considera insuficiente para que las personas bajo tratamiento accedan a las dos pruebas anuales recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ONUSIDA, un procedimiento clave para garantizar la indetectabilidad viral.
3. Los materiales educativos en el olvido
El Ministerio de Salud de la Nación dejó de diseñar recursos informativos o preventivos en 2023. Según el proyecto, la distribución de folletos y materiales de prevención pasa de 275.565 unidades en 2023 a cero proyectadas para 2025, lo que impacta de forma directa en la concientización y la demanda de acceso al sistema de salud.
4. Tratamientos para otras patologías
Los recortes también afectan a otras áreas clave: los tratamientos para Hepatitis C sufren una reducción del 44% entre 2023 y 2026. Mientras que, los que corresponden a Tuberculosis se achican un 11% en el mismo periodo. Esto podría, en poco tiempo, convertirse en un problema mayor que, evidentemente, la gestión de gobierno actual no evalúa ni analiza.
La Fundación Huésped concluye que “el derecho a la salud no puede ser una variable de ajuste presupuestario” y que la falta de inversión actual generará más complicaciones, mayor transmisión y peores desenlaces clínicos a futuro, lo cual resulta ineficiente tanto a nivel sanitario como económico.