El ministro de Economía anunció el fin de un trámite que durante 30 años limitó el ingreso de equipos industriales.
La medida, oficializada este martes 15 de abril de 2025 mediante un nuevo decreto firmado por Javier Milei, busca facilitar la importación de bienes de capital usados como tractores, cosechadoras y sembradoras, respondiendo a una demanda histórica de productores agrícolas que buscan alternativas más económicas ante los elevados costos de la maquinaria nueva en un contexto económico desafiante.
El titular de Economía, Luis Caputo destacó a través de sus redes sociales que esta decisión permitirá a diversos sectores de la industria, incluyendo la agricultura, la minería y la energía, acceder a tecnología a un costo menor, impulsando así la competitividad. El ministro explicó que la eliminación del CIBU, que en 2024 demandó la tramitación de alrededor de 1500 expedientes, permitirá una importación automática sin la necesidad de realizar trámites burocráticos.
Vale agregar que recientemente, además de objetar que la Argentina no deja ingresar ganado en pie de los Estados Unidos, la administración de Donald Trump indicó que también el país ponía trabas a la entrada de equipamiento “remanufacturados”. También mencionó a Brasil en este último punto. Fuentes oficiales indicaron que la medida le servirá al campo: “Sobre todo es para ellos”. Más allá de que el tema estaba en el documento del gobierno de Estados Unidos, la Secretaría de Comercio argentina venía trabajando en el tema desde hace un año.
Sin embargo, la medida ha generado una fuerte reacción de preocupación entre fabricantes locales y asociaciones industriales del sector de maquinaria agrícola nacional. Entidades como la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) y la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) advierten sobre el potencial impacto negativo en la producción local.
Las cámaras industriales temen una competencia desleal, argumentando que la maquinaria usada importada ingresará al país con una carga impositiva significativamente menor (26.5%) en comparación con el 47% que gravan los insumos de la producción nacional. Además, alertan sobre posibles riesgos ambientales y sanitarios derivados de la importación de equipos sin la debida inspección, lo que podría introducir plagas o enfermedades.
Este escenario, según las entidades, podría afectar gravemente la cadena de suministro local, desincentivar la innovación tecnológica y poner en peligro miles de empleos en regiones como Santa Fe, donde más de 200 empresas dependen de la fabricación de maquinaria agrícola.
Por otro lado, productores agrícolas y algunos analistas celebran la medida como un paso pragmático para modernizar el parque de maquinaria del país, considerado obsoleto, donde se estima que el 70% de las cosechadoras y el 80% de los tractores tienen más de una década de antigüedad. Argumentan que esta flexibilización permitirá acceder a tecnología necesaria para aumentar la eficiencia y productividad del sector.
La eliminación del CIBU se alinea con la agenda de desregulación impulsada por el Gobierno nacional y coincide con críticas recientes por parte de Estados Unidos hacia las restricciones impuestas por Argentina y Brasil a la importación de bienes reacondicionados. Según explicó Caputo, la medida también beneficiará a sectores estratégicos como el petrolero, gasífero y minero, facilitando la importación de equipos usados.
El CIBU, implementado en 1994 bajo la gestión del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, establecía un complejo entramado de trámites que involucraba a la Secretaría de Comercio, la industria nacional y los importadores. Su eliminación marca un cambio significativo en la política comercial del país, con potenciales beneficios para algunos sectores pero con la incertidumbre sobre el futuro de la industria nacional de maquinaria agrícola.
Fuente: Sudoeste BA