El Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil, condenó este jueves a 17 años de prisión al primer procesado por el intento de golpe de Estado del 8 de enero y el ataque a las sedes de los tres poderes en Brasilia por parte de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, quienes buscaban derrocar al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que había asumido sólo una semana antes.
“El plenario del Supremo Tribunal Federal, por mayoría de votos” decidió condenar a “Aecio Lucio Costa Pereira a la pena de 17 años”, afirmó la presidenta de la Corte, Rosa Weber, en el primer juicio contra los bolsonaristas que asaltaron el Congreso, la casa de gobierno y el tribunal de justicia.
Pereira fue condenado por los cinco delitos de lo que lo acusó la fiscalía: daños agravados, deterioro del patrimonio público, abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado y asociación delictiva.
El hombre de 51 años, que había viajado desde el Gran San Pablo y fue detenido luego de depredar el Senado y filmarse sentado en la silla del titular del cuerpo con una camiseta con la inscripción “intervención militar ya”, también recibió una multa de 30 millones de reales (unos 6 millones de dólares) en concepto de daños morales colectivos, que serán pagados por todos los acusados.
El 8 de enero “realmente no se trató de un paseo por el parque. Fue un domingo de devastación, el día de la infamia”, lamentó Weber, en declaraciones recogidas por la agencia AFP.
El juez relator, Alexandre de Moraes, quien propuso la pena de 17 años, dijo que los manifestantes querían “convencer al Ejército de adherir a ese golpe de Estado” y “estaban seguros de que lo conseguirían”.
Moraes mostró un video de Pereira dentro del recinto del Senado en el que celebraba la invasión y la incentivaba a través de redes sociales.
El juez dijo que, durante el interrogatorio, Pereira declaró que había estado antes en el Comando Militar del Sudeste, en San Pablo, con un grupo llamado “Patriotas”, que pedía la intervención militar y organizó su llegada a Brasilia en enero.
Desde que asumió Lula, el 1 de enero, miles de simpatizantes de Bolsonaro habían realizado cortes de ruta y manifestaciones frente a cuarteles militares para pedir una intervención porque consideraban que hubo fraude electoral.
Fuente: Télam