Presencia de metales en el estuario bahiense: ¿Qué arrojan los monitoreos del IADO?
La Dra. Sandra Botté señaló que en la actualidad no hay ningún contaminante cuya presencia genere preocupación.
Esta mañana en diálogo con Radio Altos la directora Interina del Instituto Argentino de Oceanografía (IADO), la Dra. Sandra Botté, se refirió a los monitoreos que realizan, a pedido del Consorcio de Gestión del Puerto, en el estuario bahiense.
En primer término aclaró que en la actualidad no hay presencia de algún metal “que sea sumamente preocupante”.
Explicó que a lo largo de los años y de los distintos estudios e investigaciones se fue detectando que las concentraciones de uno y otro metal aumentan, pero luego disminuyen. Y eso está relacionado con las propias características del estuario.
“Las planicies de marea que son muy amplias actúan como un medio de retención de todos estos elementos que luego, por diferentes procesos químicos, biológicos o físicos, se van transformando en esas planicies de marea. Eso hace que disminuya su toxicidad o incluso que disminuya su disponibilidad a la columna de agua. Por eso también hace que no se incrementen en enormes cantidades”, detalló sobre uno de los beneficios del estuario.
Y el segundo, señaló, es que al contar con dos mareas por día y por su forma triangular, la cantidad de agua que entra y sale del estuario por día es enorme, produciendo algo que se denomina la dilución. “Entonces no tenemos un sistema que, a pesar del aporte de contaminantes que se producen en su parte interna, no quedan concentrados, sino que continuamente se va diluyendo”, subrayó.
Sobre el origen de esos metales, aseveró que son diversas las fuentes desde efluentes urbanos hasta lo que contiene el Arroyo Maldonado o Arroyo Napostá, las industrias, la actividad portuaria y la atmósfera.
“En este momento no hay ningún metal que se esté incrementando en forma logarítmica y por el que nos tengamos que preocupar. Siempre detectamos algunos que incrementan, pero bajan. Estamos siempre atentos”, aseguró.
En cuanto a qué pidió el Consorcio de Gestión del Puerto respecto de los monitoreos por parte del IADO, dijo que básicamente los controles se hacen sobre el agua tanto en la parte disuelta como en el material particulado y en el sedimento de fondo.
Este último, recalcó, es una herramienta importante para evaluar porque es donde termina la mayoría de los contaminantes debido a que “actúa como un sumidero final de todo lo que se va produciendo”.
Al ser consultada sobre hidrocarburos, en particular tras los derrames que se sucedieron desde diciembre de 2023 hasta hace pocas semanas, manifestó que en el último tiempo no se han detectado concentraciones que sean alarmantes.
Contó que para definir cuán grave es la presencia de un contaminante utilizan un semáforo con tres colores (verde, amarillo y rojo) y afirmó que “hoy en ningún caso hay semáforo con luz roja”.
