En Radio Altos contó que el encuentro con su hermano fue feliz. “Sigue la búsqueda de alrededor de 300 que no conocen su verdadera identidad”, recalcó.
“No nos han vencido, más allá de las trabas que este gobierno está poniendo, las Abuelas de Plaza de Mayo nos enseñaron que hay que seguir”, expresó esta mañana en diálogo con Radio Altos Adriana Metz quien luego de años y años de búsqueda encontró a su hermano que nació en el centro clandestino de detención de Bahía Blanca La Escuelita el 17 de abril de 1977.
“Ya sabe que es mi hermano, que es bahiense, que lo buscamos, que hay muchísima gente que se alegró con la noticia y sobre todo, ya sabe que yo soy su hermana”, enfatizó.
Adriana relató que el pasado sábado a la tarde recibió la noticia de que habían encontrado a su hermano y un par de horas después realizó una videollamada con él. “Y ayer a la tarde tuvimos el primer abrazo en vivo y en directo”, contó. Fue con su hermano a un café junto a los dos hijos de ella y estuvieron alrededor de cuatro horas “hablando de mucho, de nada y de todo”.
Abuelas había recibido una denuncia anónima y a partir de una investigación creció la posibilidad de que sea hijo de desaparecidos. Se contactaron con él y accedió a realizar un estadio de ADN.
“Cuando se fue del Banco Nacional de Datos Genéticos donde le tomaron la muestra, hizo una búsqueda de información en las redes, encontró en la página de Abuelas la información y él en ese momento, a partir de lo que sabía de su historia, de lo que le contaron, buscó y encontró un parecido con una familia; después googleó todo lo que aparecía de esa búsqueda y se encontró con que había hecho un par de publicaciones Adriana Metz, que soy yo, buscándolo a él. Ya está, el bebé Metz Romero, con 48 años, ya está acá”, celebró.
Para preservar a su hermano, su historia y sus tiempos, señaló que mucha información no puede brindar. Sí indicó que a él lo criaron como hijo único. “Uno de los primeros comentarios que me hizo, por videollamada, fue ´yo me crié como hijo único, no tengo familia´, a lo que yo le respondí levantando la mano, acá estoy yo; y él me dijo, ´si, ya sé, boluda´”, contó entre risas.
Sobre esa primera charla, agregó que le manifestó que son un montón de personas la que lo buscaron todos estos años.
“Espero que podamos tener largas charlas, yo respondiéndole todo lo que él quiera preguntar. Él me dijo, lo más difícil es para vos que buscaste durante tanto tiempo, yo la tengo más fácil, ahora voy a tener información, pero la parte más difícil la tuviste vos. Y eso habla de que más allá de mirar su ombligo, puede ver que alrededor hay más gente y hay más para ver”, sostuvo.
Adriana admitió que no encuentra las palabras para definir lo que siente. Ella está feliz y contrariamente a lo que siempre pensó que le ocurriría cuando le comunicaran que habían encontrado a su hermano, en lugar de llorar, todo fue risas. “El domingo me desperté a las seis y media de la mañana riendo, me volví a dormir porque era muy temprano y a las diez me desperté y seguía riendo. No nos van a robar la alegría”, subrayó.
Remarcó que un próximo encuentro entre ella y su hermano “se tiene que dar”, que no forzará nada: “Estoy a la espera de que él me diga”.
“Yo estoy viviendo en Mar del Plata, él está viviendo acá en Buenos Aires. Él tiene su familia de sangre y ahora va a tener que incorporar un montón de nombres. Le pregunté ¿cómo estás? Y me respondió bien, esto para mí es para sumar”, agregó.
Por último, insistió en que su necesidad era saber dónde estaba su hermano y que todo lo que venga será un extra. “Ya sé dónde está”, afirmó, tras años y años de búsqueda y lucha.
“La búsqueda que muchos en Bahía Blanca hicieron del bebé Metz Romero culminó el viernes pasado, ayer dimos la información, pero esto continúa con la búsqueda de alrededor de 300 que quedan para que conozcan su verdadera identidad”, concluyó.