Los padres y los tres amigos de Lucas González que estaban junto a él cuando fue baleado en la cabeza por Policía de la Ciudad en el barrio porteño de Barracas en noviembre de 2021, lideraron un acto frente a los tribunales para pedir justicia al cumplirse un año del asesinato y reclamaron que no exista “ni una bala más, ni un pibe menos”.
Acompañados por cientos de jóvenes, entre ellos los sobrevivientes del ataque, Héctor “Peka” González y Cintia López, recordaron a su hijo, revivieron el minuto a minuto del 17 de noviembre del año pasado y rechazaron con vehemencia la violencia policial que terminó con el crimen de Lucas.
Alrededor de las 18.50, cuatro colectivos estacionaron sobre la calle Tucumán que trasladaron a los asistentes, muchos de los cuales llevaban remeras con el rostro de Lucas y el pedido de justicia.
Las camisetas de Defensa y Justicia, club del partido bonaerense de Florencio Varela, donde vivía el joven junto a su familia, y de Barracas Central, donde jugaba la víctima, se entremezclaron en un pedido único de justicia.
Entre los manifestantes se hallaba la diputada nacional Myriam Bregman, quien dijo a Télam que las palabras de “Peka” González, “conmueven” y afirmó que “hay que estar acompañando y denunciando el accionar de la Policía de la Ciudad. No nos olvidemos que Lucas fue torturado, Lucas fue asesinado y no hay que permitir que vuelvan a ocurrir casos como este”.
Cánticos como “yo sabía, yo sabía, que a Lucas lo mató la Policía”, y “Lucas no se murió, Lucas vive en Varela”, sumado a las palmas, fueron el preludio del acto que inició cerca de las 19.20, cuando los sobrevivientes y tanto sus padres, como los del joven asesinado, subieron al escenario.
El reclamo
El primer orador fue Ricardo Zuñiga, padre de uno de los jóvenes que sobrevivió al ataque, y agradeció el “acompañamiento” de todos los presentes, y por “el apoyo” que tienen “día a día”.
“Ni una bala más, ni un pibe menos”, fue el grito con el que concluyó su mensaje, entre un fuerte aplauso de los presentes, y dio paso a Andrea, su esposa, quien contó cómo hace un año recibió el mensaje de su hijo en el que le decía que había quedado en Barracas Central, y media hora después un audio alertando que le pegaron un tiro a su compañero.
Uno de los sobrevivientes, quien lloró desde que comenzó el acto, aseguró que “de perder a un amigo no se vuelve”, y que, de ese día, elige “recordar los momentos felices”, entre tantas cosas malas que le pasaron.
“Quiero cerrar diciéndole a Lucas que lo extraño mucho y espero darle el abrazo que le quiero dar. ¡Lucas está presente loco!”, concluyó el joven muy emocionado, para luego abrazarse con sus padres.
Otro de los sobrevivientes dijo que pasaron “el peor momento” de sus vidas, que perdió a su mejor amigo en sus “rodillas” y relató el momento en que fueron esposados y tirados al piso por dos policías a las que les pidieron ayuda, tras lo cual no pudo continuar con su relato.
“Peka” González afirmó que “fue un año complicadísimo”, en el cual su esposa, “en dos oportunidades se quiso quitar la vida”.
“Yo sigo acá de pie, acá donde estoy, pidiendo justicia, solamente justicia, no quiero más nada”, aseguró el hombre, quien agregó: “Yo crié a un chico con valores, con mucho esfuerzo. Lo mandé a entrenar, yo no lo mandé a robar, yo crié un hijo de bien, me costó, y hoy estoy orgulloso de estar acá, de decir que es mi hijo, que Lucas no me abandona, que Lucas está al lado mío porque se lo pido todos los días”.
Cintia López, la mamá de Lucas, se mostró con los botines de su hijo colgados en su pecho. “Acá tengo las armas”, como le llama ella.
“Hoy hace un año que mi vida se fue con mi hijo, ya no soy la de siempre, arruinaron a toda una familia, a todos sus amigos, en donde le sacaron los sueños a mi hijo, en donde ellos le cortaron las piernas a mi hijo. Yo hoy no quería estar acá, hace un año que vivo el calvario, la peor pesadilla que una madre, o padre, o amigo pueden tener”, dijo conmovida la mujer.
En ese sentido, añadió: “Intenté irme con mi hijo, no pude o no quiso mi hijo que tal vez me vaya con él, seguramente quería que me quede acá con sus hermanos, que es lo que tengo que hacer, seguir criando a mis hijos, y el día que me toque partir ir al gran encuentro con mi hijo”.
El asesinato
El crimen de Lucas ocurrió en la mañana del 17 de noviembre de 2021, cuando el joven y tres amigos salieron del entrenamiento en el club de fútbol Barracas Central y se subieron al Volkswagen Suran del padre de uno de ellos, para volver a la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde vivían.
Tras detenerse en un kiosco, comenzaron a ser perseguidos por un Nissan Tiida, en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D, quienes realizaban tareas de campo en la intersección de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield.
De acuerdo con la investigación, los policías informaron al servicio de comunicaciones policiales que perseguían un automóvil con “cuatro masculinos con apariencia menores, jóvenes”, refirieron “que estaban armados”, y les cruzaron el Nissan Tiida para detenerlos.
Como el automóvil de la brigada no tenía ninguna identificación ni los policías vestían chalecos ni uniformes policiales, los chicos pensaron que podían ser ladrones y quisieron escapar, pero fue entonces cuando los efectivos policiales dispararon contra el Volkswagen Suran.
Lucas recibió dos disparos, uno de ellos en la cabeza, que produjo su muerte al día siguiente en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela.
Ayer, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 fijó para el 16 de marzo de 2023 el inicio del juicio oral al que serán sometidos 14 efectivos de la Policía de la Ciudad acusados del crimen.
Fuente: agencia Télam