Si bien hay diferencias sustanciales entre las dos movilizaciones, la CTA, CGT y la izquierda cuestionan el número de inflación y exigen subas salariales.
A quince días de la asunción de Sergio Massa como ministro de Economía, las centrales sindicales y los partidos de izquierda se volcarán a las calles por aumento salarial y contra el aumento de inflación que registró niveles récords conquistando 7.4% en julio.
Si bien existen diferencias sustanciales en las movilizaciones, ambos sectores marcharán el próximo miércoles a la esperan una respuesta del Gobierno.
Luego de varias idas y vueltas, la CGT y la CTA finalmente reafirmaron la convocatoria que efectuó hace un mes, cuando Silvina Batakis todavía estaba al frente del Palacio de Hacienda. Los gremialistas ratificaron salir a protestar, pero sin delimitar a quién va dirigido el reclamo ni señalar responsables ante la crisis económica.
Se trata de un llamado a las calles que apunta contra “los formadores de precios” que “especulan” con las subas de la moneda extranjera y generan inflación, aunque también surge en un momento de tensiones con la gestión de Alberto Fernández que intenta compensar el desajuste salarial con un bono que parece no convencer a la totalidad del triunvirato, a excepción de Pablo Moyano.
Los dirigentes de la central creen que la mejor forma de saldar el desajuste es vía paritarias que permitan renegociar la remuneración en concordancia con las subas inflacionarias registradas.
A pesar de que la movilización se sostiene, el Presidente reveló que evalúa una reunión junto a la CGT y la UIA para negociar precios y salarios, aunque -hasta el momento- no cuenta con una convocatoria concreta.
A su parte, el triunviro cegetista Héctor Daer llamó a marchar bajo la consigna “Primero la Patria”, por “un plan antiinflacionario” y en llamado “a la responsabilidad de los actores políticos” y a la unidad para “evitar que al ajuste lo paguemos todos”. “Queremos defender nuestro salario. Basta de especulación. El país justo e igualitario que necesitamos lo vamos a construir con lxs trabajadorxs organizadxs”, reclamó desde sus redes sociales.
Con la protesta que será en pleno microcentro porteño, la convocatoria ya registra alguna bajas como la deserción de la Unión General de Asociaciones Trabajadores del Transporte (Ugatt), encabeza por el ferroviario Omar Maturano y que nuclea gremios que responden a Luis Barrionuevo, bajo el argumento de que le darán tiempo a Massa para que “se pongan en marcha las políticas” anunciadas.
El líder de Camioneros y referente de la CGT, Pablo Moyano, reveló que la movilización apuntará a “denunciar a aquellos especuladores y empresarios que buscan destituir al Gobierno con golpes de mercado, golpes mediáticos, golpes de la justicia y aumentando los precios de primera necesidad”. “Si los empresarios argentinos no son solidarios en un contexto mundial muy complejo, esta marcha será el inicio de la lucha”, expresó.
El titular de la CTA, Hugo Yasky, convocó a la manifestación contra “los davuluadores, especuladores y ajustadores” tras afirmar: “Hay que iniciar un proceso de movilizaciones para que el pueblo en la calle sea protagonista de una agenda que contemple una respuesta para lograr salir de esta situación con más democracia, más distribución y justicia social y no con más ajuste”, sostuvo en declaraciones radiales.
La izquierda se plegó también al llamado, aunque desde los sectores que saldrán a movilizar dejaron en claro que, a diferencia de la CGT, las exigencias y denuncias son direccionadas al Gobierno de la Nación, por tanto, la protesta será hacia Plaza de Mayo.
El dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni apuntó contra la central sindical y los calificó de “complices del ajuste” de Alberto Fernández y Sergio Massa. “Vamos a movilizarnos el 17, pero lo vamos a hacer de forma independiente de la CGT. Nosotros vamos a ir a Plaza de Mayo a diferencia que la CGT que va a ir a dar una vueltita por el centro”, enfatizó.
En la misma línea, la referente del Nuevo MAS, Manuela Castañeira, convocó también a la marchar y denunció que la escalada inflacionaria de julio se traduce en “un profundo deterioro salarial”. “Es una vergüenza que Massa quiera imponer una maniobra para evitar la reapertura de paritarias. Exigimos un salario mínimo de $160.000 indexado a la inflación y un aumento generalizado de salarios y jubilaciones”, expresó.
Fuente: NA