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Nacionales - 20/09/22
Nacionales - 20 de septiembre 2022, 13:54

Loma Hermosa: mató a su expareja en la panadería en la que trabajaba y se suicidó

El femicida le disparó a la víctima en tres ocasiones.

Esta mañana, Loma Hermosa se vio convulsionada luego de que un hombre ingresó a la panadería en la que trabajaba su exmujer, la asesinara con tres disparos y luego se suicidara en el lugar. El local recién abría la persiana cuando Verónica Esther Villalba fue atacada por su exnovio, identificado como Hugo Antonio Marchi.

El femicidio tuvo lugar hoy a las 6.30 y los cuerpos de la víctima y del agresor fueron encontrados dentro de la panadería ubicada en la calle Morganti 9200, en la localidad de Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero. Pasadas las 10, un rodado de la Policía Científica se hizo presente en el sitio del crimen.

Un empleado del local que estaba al momento del hecho relató a los investigadores que vio el momento en que ingresó un hombre armado y, sin mencionar palabra, se dirigió al interior de la panadería donde se encontraba Villalba. Inmediatamente después, disparó contra la mujer. Luego, se suicidó. En la vereda de enfrente quedó estacionado el Ford Focus con el que el femicida arribó al lugar.

Un médico de la ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) constató minutos más tarde que tanto la mujer como el hombre se encontraban muertos.

Las pericias preliminares quedaron en manos de la comisaría 5.ª de Tres de Febrero bajo las órdenes de la fiscal Marcela Costa, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N.º 6 de San Martín. Se estableció que la víctima recibió dos disparos en la zona izquierda de la cabeza y otro en el pecho.

En tanto, el hombre se suicidó con un disparo en la parte derecha de la cabeza. Junto al cuerpo del femicida se halló el revólver que utilizó para cometer el homicidio y su posterior suicidio.

Marina, que era compañera de Villalba en la panadería y que justo hoy estaba de franco, contó que la pareja había estado junta durante los últimos nueve años, pero que hacía un mes ella había decidido darle un cierre a la relación. De acuerdo a las primeras averiguaciones, no existían denuncias previas de violencia en sede penal ni en el fuero de familia.

Sin embargo, Silvia, una amiga de la víctima, contó que desde que Villalba y Marchi se habían separado “él la hostigaba todo el tiempo”. “Quería volver con ella. No aceptaba el fin de la relación”, dijo la mujer a los medios. La víctima era madre de una hija -el agresor no era el padre de la joven- y, según decían quienes la conocían, era una persona muy solidaria.

Más tarde, habló la dueña de la panadería, que conocía a la víctima desde hacía 17 años y hacía 9 trabajaban juntas en la panadería. “Él ya sabía que ella no iba a volver a la relación y le mandaba todo el tiempo mensajes diciéndole que se iba a matar”, dijo Cintia hoy en diálogo con varios medios, entre ellos LN+.

Además, muy afectada y acongojada, dijo que ella le aconsejaba que lo denunciara, pero que Verónica le insistía en que él no la lastimaría nunca. “Ella sabía que él tenía un arma, me decía que no la iba a lastimar porque él solo la amenazaba con que él se iba a matar si no volvían”, explicó.

Por otra parte, dio detalles de la personalidad del homicida, a quien conocía el barrio. “No la dejaba ni pintarse las uñas. Una vez ella tenía turno para hacerse algo en un centro de estética y él no la quiso llevar, entonces la llevé yo. Después de eso no me saludó más y yo le dije a Vero que eso no estaba bien, que era un enfermo”, apuntó.

Además, contó que tras terminar la relación, él le sacó un juego de llaves de la casa donde ella vivía y que fue entonces que Verónica decidió cambiar las cerraduras “porque tenía miedo que se le metiera” en el domicilio.

En cuanto al arma, Cintia explicó: “Un día le dije que no tenía el auto para ir a la panadería y me llevó él. Cuando me subí, en el asiento de atrás porque adelante estaba Verónica, él me dijo que tuviera cuidado que ahí tenía el arma. Después de eso no viajé más con ellos”, expresó.

Por último, la dueña de la panadería dijo que el domingo a la tarde fue la última vez que la vio: “Me dijo que le seguía mandando mensajes y videos; le dije que no le conteste más para que la corte. Yo le decía que lo denuncie, pero ella me decía que como nunca le había pegado, en la comisaría no le iban a dar bolilla”, lamentó.

De hecho, fuentes de la policía informaron a LA NACION que “en la Comisaría de la Mujer 3F, no se registran denuncias previas ni medidas cautelares”. La causa quedó en manos de la UFI 6 de San Martín, a cargo de la fiscal Marcela Costa.

Fuente: diario La Nación

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