El pasado sábado entró en vigencia en todo el territorio argentino la denominada Ley de Etiquetado Frontal que consiste en advertir con etiquetas cuando un alimento o una bebida sin alcohol cuenta con exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, calorías y/o sodio.
La normativa tiene como objetivo garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, prevenir la malnutrición en la población y reducir las enfermedades crónicas no transmisibles.
El licenciado en Nutrición, chef y director de la Fundación Sanar, Ignacio Porras, afirmó que de a poco empiezan a verse productos con sellos negros en góndolas. “Hay cuestiones que son propias de una transición por eso se empezó a ver de a poco por ejemplo en mermeladas, gaseosas y alfajores los octógonos negros”, señaló esta mañana en diálogo con Radio Altos.
Se trata de la primera etapa de la implementación de la ley que alcanza a grandes compañías productoras de alimentos. A partir de febrero de 2023, la normativa incluirá a las medianas empresas.
Aclaró que aquellos productos que hoy están en góndolas, y que fueron producidos hace algunos meses, no se van a quitar ni se les agregarán los sellos. “Se dejan a la venta hasta que se termine el stock. Por eso irán apareciendo de a poco los productos con los octógonos negros”, recalcó.
En ese sentido, precisó que en esta etapa de transición la y el consumidor encontrará en una góndola que un mismo producto tiene las etiquetas y otro no.
“Por ahora se ven muy pocos productos”, reiteró.