Finalmente, Israel decidió deportar a la activista Greta Thunberg al día siguiente de que el barco con destino a la Franja de Gaza, que según los organizadores lleva alimentos y suministros, en el que se encontraba la joven fuera incautado por el Ejército local, informaron las autoridades.
“Fuimos secuestrados en aguas internacionales y llevados contra nuestra voluntad a Israel”, aseguró a la prensa la joven una vez que arribó al aeropuerto Charles de Gaulle en París. “No violamos ninguna ley. No hicimos nada malo”, agregó.
Thunberg viajó en avión hacia Francia para dirigirse después, tras esa escala, a su país natal, Suecia. Para acompañar la noticia, el organismo israelí publicó una imagen de la activista, que rechaza los viajes aéreos, sentada en una aeronave cuando fue expulsada por el Gobierno local.
“No nos detendremos. Seguiremos haciendo todo lo que podamos porque es la promesa que hicimos a los palestinos”, sumó.
Thunberg era una de los 12 pasajeros a bordo del Madleen, un barco que transportaba ayuda destinada a la Franja de Gaza y que tenía como objetivo protestar contra la guerra en curso en ese lugar, según la Freedom Flotilla Coalition, el grupo que organizó el viaje.
Sin embargo, las fuerzas navales israelíes incautaron la embarcación en la madrugada local de este lunes a unos 200 kilómetros de la costa de Gaza. Según Israel, esos barcos intentan violar lo que considera un bloqueo naval legal a esa zona. El barco, acompañado por la Marina de Israel, llegó al puerto israelí de Ashdod el lunes por la noche, según el Ministerio de Exteriores.
Imágenes difundidas en las redes sociales mostraron a los activistas a bordo de la embarcación con chalecos salvavidas naranjas y las manos en alto durante la interceptación del lunes. Algunos de ellos incluso entregaron sus teléfonos móviles como se les fue ordenado, en tanto que otros habían arrojado sus celulares o tabletas por la borda.
Adalah, un grupo de derechos legales en Israel que representa a los activistas, dijo que Thunberg, otros dos activistas y un periodista habían acordado ser deportados y salir de Israel. Los otros ocho activistas, sin embargo, se negaron a ser expulsados y permanecían detenidos hasta ser trasladados ante un tribunal. Sabine Haddad, portavoz del Ministerio del Interior, dijo que los activistas que estaban siendo deportados habían renunciado a su derecho a comparecer ante un juez.
“Estoy muy preocupada por ellos”, aseguró la activista ecologista, que pidió su “liberación inmediata”, además de la llegada “de ayuda humanitaria a Gaza, un alto el fuego y, sobre todo, el fin de la ocupación” israelí.
El lunes, Adalah dijo que Israel no tenía “autoridad legal” para tomar el control del barco, porque el grupo aseguró que estaba en aguas internacionales y se dirigía no a Israel, sino a las “aguas territoriales del estado de Palestina”. “La detención de los activistas desarmados, que operaban de manera civil para proporcionar ayuda humanitaria, constituye una grave violación del derecho internacional”, se agregó en un comunicado.
Amnistía Internacional dijo que Israel estaba desafiando el derecho internacional con la incursión naval y pidió que liberara a los activistas de inmediato y sin condiciones.
Fuente: Noticias Argentinas