Un grupo de investigadores y científicos hallaron más de 1.700 virus preservados en el hielo de hace más de 40.000 años, congelados en el glaciar Guliya en la meseta tibetana, cuya exitencia era desconocida hasta ahora.
El estudio fue publicado este lunes 26 de agosto en la revista Nature Geoscience, y reveló una cantidad impensada de información sobre virus y microorganismos. Este descubrimiento de virus atrapados en el hielo durante milenios, permite e estudio y análisis de cómo era el clima y la historia ecológica de la Tierra.
Lonnie Thompson, el glaciólogo y paleoclimatólogo que lideró la expedición, determinó que estos microorganismos fueron conservados en el glaciar como una cápsula del tiempo y les permitió estudiar las formas de vida que permanecieron inalteradas durante miles de años.
La investigación significa una gran celebración para los investigadores, ya que proporciona datos fundamentales para poder comprender cómo las comunidades microbianas fueron respondiendo a los cambios climáticos a lo largo de la historia. Los científicos observaron que los virus pueden moldear el metabolismo ecológico de un ecosistema al afectar a la absorción y producción del medio ambiente.
El coautor principal del estudio y microbiólogo de la Universidad Estatal de Ohio, Matthew Sullivan, remarcó la importancia de estos datos para cuestionar nuevas interrogantes sobre la evolución de la Tierra y así reconstruir las historias ecológicas ocultas en otras partes del mundo.
El impacto que pueden producir van más allá del hecho de poder causar enfermedades, sino también de la capacidad de alterar la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. Más del 70% de los virus hallados eran únicos y sólo se encontraban en el glaciar Guliya; sólo el 12% del total de virus se conocen fuera de Asia, y menos del 1% se han documentado en entornos no glaciares.
Sullivan explicó que durante los periodos fríos del pasado, los virus del glaciar tendían a mostrar una composición similar aunque no idéntica. En contraste, durante los periodos cálidos como el que ocurrió hace unos 11.500 años durante la transición de la última Etapa Glacial al Holoceno, la comunidad viral era más diversa y distinta al resto.
Este vínculo entre el clima y los virus, evidencia el poder transformador del ambiente sobre la vida microscópica y resalta la importancia de comprender como estos microorganismos fueron respondiendo históricamente a las variaciones climáticas, un dato fundamental para prever respuestas futuras, según indica el coautor del informe, Lonnie Thompson.
Cómo preservan los glaciares la información genética
Los glaciares cuentan con una capacidad única para preservar y almacenar datos genéticos y material biótico, los cuales se han convertido en depósitos cruciales de la historia climática y ecológica de la Tierra.
Las capas de hielo almacenadas en el Guliya, actúan como un archivo natural conservando partículas de polvo, polen, burbujas de aire, y una gran diversidad de virus y otros microorganismos. Sin embargo, los acelerados derretimeintos de los glaciares a nivel mundial, ponen en juego la preservación de estos bancos de datos naturales.
Lonnie Thompson, Matthew Sullivan y el resto de su equipo, tienen en mente esta urgencia y han comenzado a recolectar y analizar velozmente tantos núcleos de hielo como les sea posible, antes de que desaparezcan y se pierda el valioso tesoro que preservan.
Fuente: Ámbito