El Producto Interno Bruto se retrajo en el periodo abril- junio un 2,5 por ciento interanual y un 1,4 por ciento desestacionalizado frente al primer trimestre.
La peor sequía en la historia de Uruguay impactó con fuerza en el sector agroexportador en el segundo trimestre de este año y sumergió a la economía del país sudamericano, aunque cierto optimismo moderado se vislumbra para el resto del año.
El Producto Interno Bruto (PIB) se retrajo en el periodo abril- junio un 2,5 por ciento interanual y un 1,4 por ciento desestacionalizado frente al primer trimestre, según el Informe de Cuentas Nacionales divulgado el jueves por el Banco Central (BCU).
Para Deborah Eilender, investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), el último resultado “es levemente peor al esperado por los analistas, aunque se mantiene en línea con las proyecciones del trimestre”, explicado por un “menor dinamismo del sector agroexportador a causa de la sequía”.
El valor agregado del Agro mostró una retracción generalizada principalmente a nivel agrícola por los bajos rendimientos de la zafra 2022/2023 de cultivos de verano y a nivel pecuario por una menor producción de la ganadería tras una caída de la faena.
También responde, según dijo a Xinhua la economista del CED, “a una contracción de la inversión asociada al fin de las obras de (la empresa) UPM”, en referencia a la segunda planta de celulosa que la forestal finlandesa inauguró en junio pasado en el centro de Uruguay.
En coincidencia, el economista Nicolás Cichevski, gerente de Análisis Económico de CPA Ferrere, señaló que este descenso de la actividad “era esperable, pero fue mayor a lo previsto”.
Agregó otro factor de impacto negativo: el masivo consumo de los uruguayos en la otra margen del Río de la Plata, en la vecina Argentina, barata por la brecha cambiaria.
“El comercio se ha visto afectado” y “el consumo de los hogares se ha abastecido en parte con importaciones desde Argentina por 1vía de turismo como de compra de bienes”, planteó.
A diferencia de los impactos transitorios como la sequía, que terminó tras las lluvias que comenzaron en julio, y del fin de la construcción de UPM, cuya puesta en marcha generará otros aportes, la diferencia de precios con Argentina seguirá.
“Si bien en algún momento se resolverá es muy probable que convivamos con esta situación (en el país vecino) en 2023 y 2024”, evaluó Cichevski.
La evolución negativa de varias actividades fueron contrarrestadas parcialmente por el desempeño positivo de Transporte y Almacenamiento y Actividades Profesionales y Arrendamiento.
El gasto en consumo final (consumo), en tanto, mostró un avance de 3,9 por ciento, que contrastó con el descenso de la formación bruta de capital (inversión), que retrocedió -8,7, con incidencias del consumo en Argentina y el fin de las obras de UPM.
Cichevski cree que la sequía “tuvo su mayor impacto en el segundo trimestre y de acá en adelante el sector agropecuario va a tender a recuperarse”, aunque “el contexto externo de precios no es tan favorable como en el fin de la pandemia” del nuevo coronavirus.
Con el último dato, CPA probablemente “revise a la baja” la proyección anual de crecimiento del 1 por ciento a un 0,5 por ciento”, comentó Cichevski.
El PIB de Uruguay se expandió un 4,9 por ciento en 2022, aunque mostró un retroceso pronunciado en el segundo semestre, mientras que el Gobierno prevé un crecimiento de 1,3 por ciento para 2023 y de 3,7 por ciento para 2024.
NA.