El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se vio abocado a un enfrentamiento con el Gobierno tras negarse a dimitir por besar en los labios a la futbolista Jenni Hermoso tras la victoria de España en el Mundial.
El viernes, en una asamblea de urgencia de la RFEF, Rubiales se quejó: “El falso feminismo me está intentando matar”. Además, describió el beso como un pico “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”.
“¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Agradezco estar en España para poder defenderme. Voy a defenderme y quien me conoce sabe que voy a llegar hasta el final”, dijo Rubiales, provocando los aplausos de un público mayoritariamente masculino.
El Gobierno dijo que llevará el incidente ante un tribunal deportivo donde, si se demuestra que el beso no fue consentido, podría ser juzgado en virtud de una ley de violencia sexual introducida por los socialistas el año pasado.
Su discurso suscitó la condena inmediata de la ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, que lo calificó de “inaceptable”.