Coope Borlenghi
Locales - 12/12/22
Locales - 12 de diciembre 2022, 08:51

Columna "El Observador"

¿Es Moirano la Cristina de Gay?

Una mirada mientras empieza la "discusión" por el presupuesto.

En Bahía hay mucho humo pero no todo sale de las chimeneas. En estas horas comienza la ronda de visitas de funcionarios municipales al Concejo Deliberante para exponer y responder preguntas ante los concejales respecto a las previsiones presupuestarias de cada área para el 2023. 

El presupuesto municipal para el año próximo es de 40.400 millones de pesos y fue presentado semanas atrás con bombos y platillos como el presupuesto del ajuste en el gasto político.

¿En qué consiste exactamente ese ajuste? ¿Cómo afectará o no afectará al normal funcionamiento municipal?. Y sino afectará ¿por qué existió ese gasto durante todos estos años?. Son preguntas que seguramente plantearán concejales y concejalas y que seguramente responderán con argumentos sólidos los secretarios. O al menos así debería ser.

Mientras se espera que llegue el momento en que unos pregunten y otros respondan, desandemos estas semanas y vayamos a la presentación del presupuesto 2023 que hizo el intendente Héctor Gay con su puesta en escena junto a la senadora provincial Nidia Moirano y el secretario de gobierno Marcos Streitenberger.

La primera pregunta que surge es qué se anunció concretamente ese día. La respuesta se sintetizaría en “austeridad” como palabra clave, eliminación de tasas y baja de 21 cargos políticos.

Analicemos: la eliminación de tasas no supone un gran alivio para los contribuyentes, se trata de tasas que el propio Héctor Gay reconoció que ya casi no se cobran, por lo que suprimirlas tendrá un impacto mínimo en el presupuesto. Otro tanto sucede con los veintiún cargos políticos, dado que algunos son jubilaciones o renuncias que ya se conocían, y en la mayoría de los casos se trata de retornos a cargos de planta, casi con los mismos sueldos, tal como se dijo en estos medios al otro día de los anuncios.

De hecho, el ahorro anunciado en cargos políticos es de 60 millones de pesos, que comparados con los ingresos de cualquier bolsillo parece mucho, pero puesto en relación al presupuesto de 40.400 millones de pesos representa un “recorte” de apenas 0,15%. Considerar ajuste, recorte o austeridad a esto es, siendo benevolentes, un uso excesivo de la retórica.

La segunda pregunta que se hicieron algunos propios y muchos extraños es qué hacía ahí Nidia Moirano. Su aparición junto al intendente coincide con un período de altísima exposición en redes, con notas pautadas en medios afines, y fotos junto a estatuas vivientes, (algún malintencionado, siempre los hay, podría conjeturar que se debería ir planificado en qué lugar ubicar la propia), con abuelos y abuelas en los festejos en el Hogar del Anciano, o intercambiando figuritas del mundial con niños y niñas en la Plaza Payró(¿habrá conseguido la de Messi?), y festejando, como si estuviese en el tablón, los goles de la selección.

En cada aparición mediática la senadora desplegó un encendido discurso de austeridad en el gasto político y propuestas de reformas constitucionales para llegar a ese objetivo. Así que, si Moirano es la impulsora y autora intelectual del llamado a la austeridad que Gay presentó en el presupuesto 2023, de lo que ya se habló, de austeridad tiene poco.

Llama mucho la atención este pedido de “ajuste de cara a la sociedad” que hace Moirano usando a Gay como vocero, o que hace Gay tutelado por Moirano, cuando ninguno de los dos, en sus carreras políticas, elaboraron proyectos sobre este tema.

De hecho, más allá de los anuncios y las notas, Moirano, al día de hoy, no ha presentado ningún proyecto en la legislatura provincial con propuesta alguna sobre este tema.

Y Gay, vilipendiado desde hace seis años por su abultado sueldo de intendente, no tuvo, no tiene, y todo indica que no tendrá, ni siquiera el reflejo de donar una parte (al menos que se sepa públicamente). O sea, “los gestos que pide la gente”,como dijo Moirano, o como dice Gay hablado por la voz de Moirano, son eso, gestos sin medidas efectivas detrás. 

Lo que nos lleva a la conclusión, evidente, de que toda esta puesta en escena de Presupuesto & Austeridad se debe a la necesidad de instalar a la senadora.

Como candidata a intendenta, poniendo a su disposición el aparato municipal Para difundir su imagen ante las cámaras y frente a micrófonos que tienen, pareciera, anulada la función “repreguntar”.

Todo indica, además, que esto es solo el principio de una carrera contrarreloj para mejorar el indicador “conocimiento público” de Moirano en las encuestas, acechada por la sombra bonachona de un candidato del “espacio”, que con menos mide más, o por alguna tapada radical, si es que el radicalismo se anima a ir a la PASO y recobrar algo de identidad propia y músculo, como pregonan algunos en las redes, en lugar de quedarse plácidamente en la zona de confort como se acostumbró a hacerlo desde hace varios turnos electorales.

¿Es el intendente el Alberto de Moirano? ¿Es Moirano la Cristina de Gay?

Lo concreto es que Héctor, sin mucho convencimiento, no tuvo más remedio que subirse a la necesidad de dar “gestos de austeridad” y salir a anunciar una reducción dibujada y poco creíble del gasto político del municipio, con bombos, platillos, y vuvuzelas, junto a una Moirano de un tiempo a esta parte siempre sonriente y un Streitenberger al que no se le movió un solo músculo de la cara durante todo el acto.

Mientras tanto, los bahienses miraban el cielo y pensaban preocupados en las chimeneas del polo, pero no, esta vez el humo no venía de ahí.

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