El papa Francisco afirmó este jueves que el paradigma económico basado en el consumismo “está viviendo su última fase” y aventuró que será reemplazado por uno fundado sobre “inclusión, sobriedad, cuidado y bienestar”.
“Tienen las habilidades adecuadas para trabajar juntos para construir ese puente necesario entre el paradigma económico actual, basado en el consumo desmedido y que vive su última fase, con el paradigma emergente, estructurado sobre inclusión, sobriedad, cuidado y bienestar”, les dijo el pontífice a un grupo de consultores de la firma Deloitte a los que recibió en el Vaticano.
En un discurso crítico con la situación económica global, Francisco lamentó que “mientras que una parte de hombres y mujeres mejoraron su vida cotidiana, otra parte sufrió elecciones sin escrúpulos convirtiéndose en las principales víctimas de una especie de contradesarrollo”.
“Durante los últimos quince años, el mundo ha atravesado crisis severas y continuas. No pudo terminar de afrontar la crisis financiera de 2007 que ya tuvimos que afrontar la de deuda soberana y economías reales, luego la pandemia, luego la guerra en Ucrania con consecuencias y amenazas globales”, enmarcó.
“¿Qué puede hacer el consultor de decisiones en este entorno difícil e incierto? Puede hacer mucho. Puede configurar sus análisis y propuestas según una mirada y una visión integral: en efecto, el trabajo digno de las personas, cuidado de la casa común, valor económico y social, impacto positivo en las comunidades son realidades conectadas entre sí”, convocó Jorge Bergoglio.
Para Francisco, “el consultor de hoy, consciente de su papel, está llamado a proponer y argumentar nuevas direcciones para nuevos desafíos”.
“Yo llamaría a esta nueva generación de consultores consultores integrales. Estos son expertos y profesionales que tienen en cuenta las conexiones entre los problemas y sus respectivas soluciones y que acogen el concepto de antropología relacional: aquella que ayuda también al hombre a reconocer la vigencia de estrategias económicas que apunten sobre todo a la calidad de vida global alcanzada antes más aún que al aumento indiscriminado de las ganancias, a un bienestar que si quiere serlo es siempre integral, del hombre entero y de todos los hombres”, los animó el Papa.
Así, fue claro al advertirles que “ningún beneficio es legítimo cuando el horizonte de la promoción integral de la persona humana, de la destinación universal de los bienes y de la opción preferencial por los pobres”, además “del cuidado de nuestro hogar común”.
Fuente: agencia Télam