El Dr. Paulo Botta, director de oficina de TRENDS Research & Advisory en Argentina y especialista en Medio Oriente, brindó una análisis de lo ocurrido en Siria donde un grupo de rebeldes tomó el poder, mientras el presidente Bashar al-Assad huyó a Rusia.
En primer término, recordó que Siria desde 2011 está en una guerra civil “internacionalizada” porque distintos actores regionales y extrarregionales han apoyado a una u otra fuerza en el conflicto. Esos enfrentamientos dejaron más de medio millón de muertos y más de tres millones de personas desplazadas.
Ahora el conflicto, en principio, finalizó porque una de las facciones rebeldes tomaron el poder. Pero aclaró que la primera pregunta que surge es si el resto de las facciones desaparecerán o aceptarán al grupo que ocupó el poder. Y esa duda la trasladó a qué posición adoptarán los países de la región.
“Hoy lo que tenemos es una realidad concreta: hay un nuevo grupo que tiene el poder. ¿Qué significa eso para la población siria, para los otros grupos rebeldes y para la región? Todavía está por verse”, remarcó.
Al ser consultado sobre por qué un conflicto que llevaba más de una década se resolvió en dos semanas con la llegada de los rebeldes a la capital Damasco y la caída de Al-Assad, respondió que los dos principales países que apoyaban al régimen, Rusia e Irán, estaban ocupados en otros temas.
“El futuro de Siria también va a depender de lo que hagan los actores regionales. No depende solamente de lo que quieren los sirios. Es importante que ahora la diplomacia de todos los actores regionales coincida en la voluntad de lograr una estabilidad en Siria, sino el conflicto lamentablemente podría reiniciarse”, planteó.
Botta enumeró una serie de interrogantes respecto a cómo será la reorganización política- social de un país que pasó los últimos 13 años en guerra: ¿Qué pasará con las fuerzas que tienen algún tipo de control territorial? ¿van a libremente entregar sus armas a este nuevo gobierno central? ¿o por el contrario van a usar esa situación de fuerza para negociar algo que les interese? “Da la sensación que todo va a ser algo muy transaccional y de eso saldrá el futuro del sistema político sirio”, resaltó.
Entre los motivos de la caída de Al-Assad expuso que el régimen, si bien parecía que había estabilizado el conflicto internado con el apoyo ruso- iraní a partir de 2015, no logró solucionar ninguno de los problemas de fondo que habían iniciado la revuelta que se tradujo en una guerra civil en 2011.
“Esa situación política que no estaba solucionada, que tenía un origen social que no estaba solucionado y que tenía un origen económico que tampoco no estaba solucionado, fue barrer debajo de la alfombra. Parecía estabilidad, pero en realidad los problemas que le habían dado origen a la guerra no habían desaparecido”, explicó.
Ahora, sostuvo, se abre abre un abanico de oportunidades de negocios; tras más de 10 años de guerra civil Siria está destruida en términos de infraestructura. “Ahora hay que reconstruirla y esa reconstrucción va a costar dinero y va a dar muchos beneficios. Ahí se abre otra ventana para las fuerzas y las potencias exteriores”, consideró, por último.