Así lo afirmó Nahuel Vargas, quien además señaló a otro acusado como la persona que descuartizó el cadáver.
Nahuel Vargas, uno de los principales sospechosos y el último detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba, cuyos restos fueron hallados dentro de una valija en Ingeniero Budge, acusó este viernes ante la Justicia a Maximiliano Pilepich de haber sido el autor del crimen del empresario y señaló a otro de los imputados como la persona que descuartizó el cadáver.
Fuentes judiciales aseguraron a Télam que Vargas (43) declaró este viernes como imputado ante el fiscal Marcelo Domínguez, quien le imputó el delito de “homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas”.
Vargas (43), quien tenía pedido de captura y se hallaba prófugo desde el pasado lunes, fue localizado este jueves en la casa de su madre, situada en la calle Los Indios 2487, de la localidad de Castelar, partido de Morón, por detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Lomas de Zamora.
En tanto, este jueves también quedaron detenidos, tras declarar en la causa, el comisario de la Policía de la Ciudad Horacio Córdoba, acusado como partícipe secundario del crimen de “Lechuga” Pérez Algaba (41), y Blanca Gladys Cristaldo (58), quien trabajaba junto a varios de los sospechosos en el emprendimiento inmobiliario “Renacer” de General Rodríguez, y fue imputada por el presunto encubrimiento del hecho.
“Lechuga” reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado
Un día antes, el pasado miércoles, había sido detenido otro de los principales sospechosos de matar y descuartizar al empresario, Maximiliano Pilepich (45), quien este jueves se negó a declarar ante el fiscal Domínguez.
En las últimas horas, en tanto, las fuentes revelaron que otro de los nueve detenidos que tiene ahora el caso, Luis Alberto Contrera (38), reconoció ante el fiscal que él les dio a Vargas y Pilepich la valija en la que colocaron los restos de la víctima y que fue arrojada al arroyo en el que finalmente la encontraron.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio “Renacer” de General Rodríguez a encontrarse con él.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, “Lechuga” reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.
El fiscal consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía “una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones, peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos”.
Fuente: Télam