Corea del Norte disparó un “misil balístico no identificado”, informó el jueves el ejército surcoreano. Es el más reciente de una serie récord de lanzamientos. “Corea del Norte dispara un misil balístico no identificado al mar de Japón”, fueron las palabras con las que el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur informó lo sucedido.
Días atrás, el presidente estadounidense Joe Biden discutió las pruebas de misiles norcoreanas con su par chino, Xi Jinping, durante la cumbre del G20 de Bali. Biden instó a Xi a usar su influencia para controlar a Corea del Norte tras una ola de lanzamientos de misiles que despertaron temores sobre una nueva prueba nuclear.
El mandatario de 79 años también conversó con su homólogo surcoreano Yoon Suk-yeol y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, sobre las formas en las que se podría abordar la amenaza de los “programas ilegales de armas de destrucción masiva y balísticas” norcoreanas, según consignó la Casa Blanca.
Mientras tanto, el ministro norcoreano de Relaciones Exteriores Choe Son Hui criticó el jueves dichas conversaciones y aseguró que “llevan la situación de la península coreana a una fase impredecible”. “Cuanto más EE.UU. intente fortalecer su alianza de seguridad con Tokio y Seúl, más feroz será la respuesta”, remarcó.
Con respecto al lanzamiento, precisó AFP, expertos señalan que estaba “programado” para coincidir con las declaraciones de Choe. El Norte “disparó el misil horas después de divulgar el comunicado, en un intento por justificar el lanzamiento como un mensaje a EE. UU. y Japón”, señaló un investigador del Instituto Sejong.
Estancamiento en ONU
Semanas atrás, Corea del Norte realizó una oleada de lanzamientos, incluyendo el de un misil balístico intercontinental que, según Seúl, habría fallado. También disparó un misil balístico de corto alcance que habría cruzado la frontera marítima entre los dos países y cayó cerca de las aguas territoriales del Sur.
El presidente surcoreano Yoon consideró en ese entonces que se trataba de una “una invasión territorial de hecho”. Ambos lanzamientos fueron parte de una ola de disparos que se produjeron el mismo 2 de noviembre, cuando Pyongyang lanzó 23 misiles -más de los que lanzó en todo 2017-.
Conocedores en la materia señalan que el régimen dictatorial de Kim Jong-un aprovecha la oportunidad de hacer pruebas de misiles prohibidos porque confía en evitar nuevas sanciones de la ONU dado el estancamiento en el organismo mundial por la guerra rusa en Ucrania.
China, principal aliado diplomático de Pyongyang, se unió en mayo a Rusia para vetar un intento estadounidense de endurecer las sanciones contra Corea del Norte en la ONU. En consecuencia, Washington aplicó una ampliación de sus ejercicios militares, incluyendo el envío de un avión bombardero a Corea del Sur.
Fuente: diario La Nación