Cimadevilla propuso que la UCR acompañe a Massa en la segunda vuelta

El ex senador radical, Mario Cimadevilla, le envió una nota al presidente del partido Gerardo Morales para pedirle que “la Unión Cívica Radical se exprese con claridad en relación a los dos proyectos que se disputan la Presidencia de la República” y deslizó la intención de apoyar a Sergio Massa.

“Esta propuesta -en estas circunstancias- ofrece al electorado un proyecto de gobierno y de país más afín -si se quiere- al tradicional ideario de la Unión Cívica Radical”, opina sobre la propuesta de Unión por la Patria.

A modo de argumento, detalla que “sostiene la defensa de la educación pública (sin dejar de reconocer que han incurrido, en algunas circunstancias, en el adoctrinamiento y en la partidización de la educación y del accionar sindical), la salud pública, el apoyo estatal a la investigación científica y técnica, la soberanía monetaria, la defensa de la producción y de la industria nacional y la necesaria ayuda estatal en auxilio de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad social”.

De lo contrario, subraya que la intención de Javier Milei: “no hará otra cosa que aumentar al máximo la incertidumbre política (que condiciona la inversión y, con ello, el trabajo y el desarrollo económico del país), con grave riesgo de gobernabilidad”.

En un extenso escrito, cuestionó con dureza el resultado en los comicios al esgrimir que “es fácil concluir que el favor del electorado no ha acompañado ni la propuesta ni la persona ofrecida por Juntos por el Cambio, para encarnar dicha propuesta como candidata a la Presidencia de la Nación”, en clara alusión a Patricia Bullrich.

Y disparó contra el rol que le tocó a la UCR: “tampoco puede soslayarse que, tanto la propuesta electoral como la candidata llamada a personificarla, reconocen su génesis en el indiscutible predominio que uno de los socios fundadores del frente electoral “Juntos por el Cambio”, el PRO, siempre tuvo sobre los dos restantes, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica”.

Ante el mencionado panorama, Cimadevilla señala que “no se puede -ni se debe- asumir una posición vacilante o irresoluta, en función de los proyectos que se someten a la consideración y elección de la ciudadanía”.

Por último, concluye que “guardar silencio (por conveniente que ello pueda considerarse), nos hará moralmente corresponsables de las previsibles graves consecuencias que, para la paz social y política de la Nación, acarreará un gobierno de excéntricos, más cercanos a la alienación y a la insensatez que al talento y a la prudencia que el ejercicio del poder político exige”.