El investigador y profesor universitario Bruno Carpinetti brindó precisiones sobre la caza plaguicida de la especie.
El investigador y profesor universitario Bruno Carpinetti se refirió esta mañana en diálogo con Radio Altos la problemática que va en aumento en la provincia de Buenos Aires, entre otros en el distrito de Tornquist, por el aumento exponencial de la población de cerdos silvestres o jabalíes.
“En los últimos años hemos visto un incremento en la abundancia y en la distribución porque han colonizado áreas donde antes no era habitual verlos. Y esto trae aparejado una serie de conflictos con la producción agropecuaria”, manifestó.
Sumó a las consecuencias, afectaciones a la biodiversidad nativa e incluso para la salud pública porque los jabalíes son reservorio de una serie de patógenos que pueden afectar ocasionalmente al hombre.
Por eso, meses atrás el gobierno de Axel Kicillof reglamentó la caza plaguicida para contener a la especie.
En ese sentido, explicó que en el Código Rural de la provincia de Buenos Aires se establecen distintas modalidades de caza: deportiva mayor, deportiva menor, comercial y plaguicida.
La caza plaguicida es aquella que puede efectuarse cuando hay una especie que se ha vuelto un problema para cualquier actividad humana, como es en el caso del jabalí con, sobre todo, la actividad agroganadera.
“Generan muchos problemas para la producción agrícola porque destruyen los cultivos, comen soja, maíz y todo tipo de cereales y granos, y además, son un problema para la actividad ganadera porque destruyen infraestructura, se meten dentro de los bebederos, los rompen y allí defecan y orinan, transmitiéndoles patógenos a otros animales compatibles con fiebre aftosa, tuberculosis, brucelosis, leptospirosis”, enumeró y agregó que el jabalí también es portador de triquina.
En cuanto a la caza plaguicida, especificó que la persona debe contar con tres permisos: como portador de armas, el emitido por el Ministerio de Desarrollo Agrario para ese tipo de actividad y un tercero, del tenedor legal del predio, sea el dueño o el arrendatario.
“Por lo tanto, cualquiera que realice la actividad sin cumplir esos requisitos, es susceptible de multas, de penas”, recalcó.
En cuanto a qué motivó a tal crecimiento de la población de jabalíes en la Provincia, indicó que una de las hipótesis es que las modificaciones en los patrones productivos del campo ha generado que haya menos población rural y por lo tanto menos presión de caza sobre la especie.
Y otra que se ha agriculturizado mucho la provincia de Buenos Aires, por lo tanto, hay muchos más recursos alimenticios.
“Menos presión de caza, más recursos alimenticios, generan un combo ideal para que la especie se expanda y colonice nuevas áreas”, subrayó.