El Gobierno de Javier Milei no incluyó este jueves a la soja y el maíz dentro de las producciones que mantendrán una rebaja de retenciones. Así, a menos que haya un cambio el lunes, el impuesto para ambos cereales subirá desde el martes 1° julio al 33% y al 12%, respectivamente.
Ante esa posible suba, la Sociedad Rural habló de un “impuesto discriminatorio y consficatorio” y advirtió: “Esto vuelve a colocar al campo en un escenario muy difícil”.
Marcos Pereda, vicepresidente de la SRA, subrayó el aporte que el sector rural ya realiza al Estado, estimado en aproximadamente 5.350 millones de dólares el año pasado. Lo calificó como “gigantesco” y aseguró que sostiene “el superávit fiscal”, uno de los logros sobre los que el Gobierno basa su gestión económica.
Pereda insistió en que la eliminación de estas cargas impositivas podría transformar radicalmente la economía rural y nacional. Sin retenciones, el sector podría “multiplicar sus ingresos y crear riqueza de manera genuina, generando miles de puestos de trabajo, invirtiendo en tecnología, maquinaria y mejora genética” en “muy poco tiempo”, dijo el vicepresidente de la entidad.
Para ilustrar el impacto, Pereda citó proyecciones para la cadena del maíz que, sin retenciones, podría ver su facturación aumentar en 5.000 millones de dólares. De acuerdo a un estudio del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), esto equivaldría a la creación de “casi 30.000 empleos directos por año”.
El capital que se retiene por los derechos de exportación es, para el vicepresidente de la SRA, “plata que no se reinvierte en servicios, transporte, maquinaria o infraestructura productiva”.
Si bien reconoció los esfuerzos del Gobierno por mantener el equilibrio fiscal y la reducción de algunas retenciones, Pereda advirtió que el peso fiscal sobre la soja, el maíz, el sorgo y el girasol -cuyas retenciones ahora quedarían restablecidas- nuevamente “coloca al campo en un escenario muy difícil que no podemos obviar”.
A fines de enero, el Gobierno anunció la rebaja de reteniones para el campo y eliminó de forma permanente las alícuotas para las economías regionales. Para la soja pasaron de 33% a 26%; derivados de soja pasó de 31% a 24,5%; en el caso del trigo bajaron de 12% a 9,5%; la cebada, el sorgo y el maíz cayeron de 12% a 9,5%; y el girasol disminuyó de 7% a 5,5%.
Esa medida iba a tener vigencia, en principio, hasta junio. En abril, Milei advirtió que no extendería la rebaja. “Si tienen que liquidar, liquiden ahora”, fue su mensaje al campo, en plena etapa de cosecha fina.
A fines de mayo, en tanto, Luis Caputo anunció que extendería hasta el 31 de marzo de 2026 la rebaja de retenciones al trigo y la cebada. Ahora, a días del 30 de junio (fecha de final para el resto de las rebajas), el Gobierno publicó este viernes el decreto 439/2025 que confirmó el anticipo del ministro: mantuvo la rebaja temporaria de las retenciones solo para el trigo y la cebada hasta el 31 de marzo de 2026, manteniéndolas en 9,5% y la harina de trigo en 5,5%.
Esta normativa no incluyó a la soja y al maíz, dejando en el aire el destino del resto de los cultivos. De no mediar un nuevo decreto, las alícuotas para la soja volverán del 26 al 33%, las del maíz y sorgo del 9,5 al 12%, y las del girasol del 5,5 al 7%.
Fuente: diario Clarín