La frase que sirve para titular este editorial no me pertenece. No forma
parte de mi angosta creatividad. La escuché el lunes a la noche y la
pronunció como concepto que me pareció interesante el diputado Marcelo
Feliú. La copié.
Fue durante el cierre de las jornadas organizadas por el CEPRODER en
Rondeau 29 y que durante cuatro lunes sirvió para que Elisa Quartucci,
referente de ese centro de estudios y precandidata a intendenta para el
año que viene, Marcelo Feliú, Jaime Linares y por último el jefe comunal
Héctor Gay, expusieran de qué manera observan la realidad de la ciudad y
cómo anticipan el futuro de cara, por ejemplo, al Bicentenario.
La síntesis que se hizo en la jornada final cuando a cada uno de los
cuatro le tocó redondear una conclusión la podríamos resumir en algunos
puntos comunes que, con algunos matices conceptuales y de precisión diferentes,
transitaron por andariveles más o menos conocidos, a saber:
Diría, por haber estado presente en algunas de esas exposiciones y en el
cierre del lunes que ninguno de los protagonistas dudó en señalar estos
aspectos, entre otros, como los centrales para tratar de anclar las
perspectivas favorables de nuestro eventual desarrollo futuro.
Y es a partir de esto que quiero retomar el concepto vertido por Feliú,
porque en definitiva va en línea a lo que hemos señalado acá en diversas
oportunidades: Bahía pareciera ser la ciudad de las potencialidades
permanentes.
El utilizó esa frase que sirve de título a este comentario. Y
efectivamente es así, lo haya dicho quien lo haya dicho no es lo
importante. Lo trascendente es el concepto que esa frase encierra.
Y de ninguna manera uno pretende pinchar globos o pecar de renegado. Pero
en función de las desigualdades cada vez más desiguales ( y no es un juego
de palabra) que afecta a miles de bahienses, seguir hablando de
esas potencialidades es como tener muchas iniciativas y pocas
“terminativas”.
La cuestión que hace al problema en este punto no es ser pesimista o
renegado, sino sobreabundar en el optimismo, sin encarar las soluciones
para efectivamente transformar a Bahía Blanca en una ciudad contenedora,
amigable, e igualitaria.
Hay más de 100 mil bahienses, o sea más de 100 mil vecinos, que están
cansados de comer esperanzas…