El giro en la política cambiaria nació con una contradicción de origen. El gobierno anunció el lunes que la nueva política era comprar reservas y terminó la semana vendiendo dólares. No fue una señal de fortaleza. Fue una señal de debilidad. El miedo de Caputo y MIlei sigue intacto: que el dólar vuelva a empujar una inflación que está repuntando.
Los datos de la semana lo confirman. Este jueves, el Tesoro vendió USD 150 millones para frenar el dólar. El lunes había comprado USD 320 millones. El miércoles, apenas USD 13 millones. Pero los cálculos del mercado al cierre de la semana indican que las ventas fueron bastante mayores. El volumen operado este viernes llegó a USD 610 millones. Mas del triple de lo que se venía viendo después del resultado electoral.
El mensaje es claro. El Gobierno anuncia acumulación de reservas para calmar al FMI y los acreedores, pero vende dólares para controlar el precio. El temor a la inflación pesa más que la consistencia del plan.
Fuente: La Política On Line