La investigación por la causa de la secta de Villa Crespo sumó un nuevo detenido esta semana tras la captura de un médico clínico que participaba activamente en el esquema de las llamadas “curas de sueño”.
Se trata de un método que se ofrecía como una presunta sanación milagrosa; pero que se usaba a la vez como forma de tortura hacia los miembros más rebeldes de la organización.
El médico clínico, cuyas iniciales son J.N., fue capturado en su domicilio de la calle Terrada al 5100 del barrio de Villa Pueyrredón. Allí se le secuestró un teléfono celular. Se espera que preste declaración durante el miércoles.
Es el vigésimo detenido que tiene la causa de la secta Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA) que lideraba Juan Percowicz (84), sin contar al hombre que se entregó simulando ser Gabriel Sorkin, una maniobra que le habría permitido al verdadero ganar tiempo para escaparse de la justicia. En total quedan cuatro prófugos.
La investigación es llevada adelante por el fiscal Carlos Stornelli junto a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). Allí trabajan en desentrañar un oscuro esquema que incluye trata y prostitución VIP, reducción a la servidumbre, ejercicio ilegal de la medicina, coaching y lavado de activos, que sirvió durante más de 30 años para generar un mecanismo recaudatorio a varias ventanillas que facturaba unos 500 mil dólares al mes y tenía vínculos en Estados Unidos y Uruguay.
Una de las patas recaudatorias más importantes era la clínica CMI Abasto, ubicada en Guardia Vieja al 4000. Allí se ofrecían los distintos tratamientos médicos que prometían curas milagrosas a los pacientes con adicciones a las drogas y otros males. Incluso prometían la “cura del Sida”, según consta en los registros de la causa judicial. Ninguno de los tratamientos cuenta con habilitaciones o validez profesional.
Según pudieron confirmar fuentes judiciales, el médico clínico detenido trabajó al menos hasta 2019 dentro del CMI Abasto. Su nombre figura en las recetas de los psicofármacos que se entregaban a los pacientes. También aparecía como especialista en clínica médica y medicina del sueño en la ya eliminada página web del consultorio, a la que pudo acceder Clarín.
Allí ofrecía un tratamiento de “sueño asistido” basado en un asesoramiento “médico-filosófico” para mejorar la calidad de vida: “El cansancio, el Stress, el mal humor, las alteraciones del sueño relacionadas con lo laboral, los viajes, el jet-lag… no son solo molestias del vivir diario, sino que podrían ser el comienzo de una posible enfermedad psicosomática, las cuales pueden ser mitigadas y reencausadas con estas terapias”, prometía la página del doctor.
“La terapia apunta a mejorar la calidad de vida en todos sus sentidos para eliminar estos problemas. Esto es realizado, con asesoramiento médico–filosófico aplicado a terapias del sueño asistido”, agregaba la descripción.
Según el CV del médico que figura en dicha web, trabajaba desde 2005 junto a la organización y habría sido Jefe Clínico de al menos dos sanatorios. Incluso registra que es prestador de una conocida prepaga, en la que aún hoy ofrece sus servicios.
En el esquema del CMI aparecen, además del clínico detenido, dos psicólogos y un psiquiatra. Todos dependen de la bioquímica, farmacéutica y “coach filosofal” Alicia Arata, una de las 19 detenidas.
Según consta en la causa judicial, las curas de sueño consistían en la administración de medicamentos para dormir a las personas durante varios días, despertándolos solamente para comer y para que pudieran “descansar” correctamente.
Incluso en el allanamiento se encontró una pizarra con las indicaciones de tratamiento para una paciente de nombre “Celeste”, a quien se le indicaba media ración de comida el día viernes por la noche, previo a ingresar en un “descanso” inducido que se extendía hasta la noche del domingo.
Estas “curas de sueño” eran un método para atraer a posibles nuevos alumnos. Se realizaban en el exterior también, aunque a los pacientes se les recomendaba venir a practicarlos a Buenos Aires. Era una forma de comenzar el proceso para cooptarlos, cortando vínculos con las familias biológicas y adormeciéndolos. La Justicia sospecha que hay miembros a quienes se les otorgaban narcóticos de manera constante para quebrar su voluntad.
Es que una vez adentro, los tratamientos eran utilizados por la organización para disciplinar y aleccionar a los alumnos que se negaban a cumplir con las órdenes, o tranquilizar a quienes se encontraban alterados o deprimidos.
El colmo de la situación es que el mismo alumno era quien debía pagarse el tratamiento con el que era sometido.
Fuente: diario Clarín