“No se ven grandes beneficios para la economía argentina porque es un país con el que no tenemos complementariedad”, afirmó la economista Mary Isabel Acosta.
Se suman voces críticas al acuerdo comercial anunciado la semana pasada entre el gobierno de Javier Milei y el de Donald Trump.
Esta mañana en diálogo con Radio Altos la economista Mary Isabel Acosta planteó que queda en evidencia una nueva sumisión a uno de los ejes que lidera a la economía mundial, aunque expuso que hasta el momento no se han brindado precisiones sobre los términos del acuerdo.
“De lo poco que se conoce no veo grandes beneficios para la economía argentina porque justamente Estados Unidos es un país con el que no tenemos complementariedad, por el contrario, lo mismo que nosotros podemos exportarle o que podríamos invertir en su mercado, es lo que ellos producen”, aseveró.
Además, sumó que frente a una economía competitiva como la de EE.UU es muy difícil que una economía “chica” como la argentina pueda obtener algún beneficio.
Expuso que la principal preocupación es la disparidad o la inequidad: “Por un lado tenemos un montón de prerrogativas para los productos norteamericanos y a cambio muy pocos beneficios o exenciones para los productos argentinos”.
En tanto, manifestó que el beneficio, sobre todo para el gobierno de Javier Milei, llegó en la previa a las elecciones legislativas cuando la administración de Trump dispuso un rescate que permitió “aplacar las rispideces” del mercado financiero argentino.
Para Acosta, Argentina nuevamente como hace 150 años elige someterse a una de las potencias, que opinó, “no es precisamente la que más nos conviene”.
“Ya se comenzó ese error una vez en la historia argentina con el Pacto Roca-Runciman y uno no puede hacer análisis contrafácticos, pero claramente lo que pasó no fue bueno”, enfatizó y recordó que las consecuencias fueron un sometimiento de Argentina a una potencia en decadencia como era Gran Bretaña con un tratado que le impidió a la Argentina comerciar con otros países y, por ejemplo, establecer nuevos frigoríficos atentando contra la industria local.
En ese sentido, no dudó en afirmar que hoy el gobierno de Milei somete nuevamente a un proveedor de materias primas en condiciones totalmente desventajosas.
Por último, sobre el apoyo que recibió el acuerdo comercial de sectores empresarios, sostuvo que es histórica la falta de una burguesía empresarial estrictamente nacional que piense en términos nacionales. Y agregó que hay un claro sesgo ideológico en esos sectores que le tienen demasiado miedo a lo que significa la redistribución de los recursos de un país, entendiendo que su beneficio depende de obtener mano de obra barata y bajo condiciones laborales más estrictas.
“Ese sesgo, esa mirada corta de los empresarios locales, hace que no sean capaces de mirar la economía en términos de desarrollo sustentable para el país. Y les permite aplaudir medidas o políticas económicas que en definitiva para sus propios intereses sectoriales son perjudiciales porque si la Unión Industrial Argentina está aplaudiendo este acuerdo que se firmaría, que es claramente anti industrialista, me parece una mirada de muy corto plazo”, concluyó.