Kicillof, Massa y Máximo se encontraron por el desdoblamiento y la suspensión de las PASO. Inminente anuncio del gobernador.
A menos de 48 horas de una sesión clave en la Legislatura bonaerense y un inminente anuncio del gobernador, el peronismo provincial protagonizó una de las cumbres más tensas del año. En la Fundación del Plata, en pleno centro de La Plata, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner se vieron las caras en una reunión que buscó calmar las aguas pero terminó confirmando lo evidente: la interna del oficialismo está al rojo vivo. La pelea ya no es por la suspensión de las PASO, donde hay consenso, sino por algo mucho más estratégico: la fecha de las elecciones generales.
La noche del domingo fue testigo de un operativo sigiloso. Mientras algunos medios revelaban en exclusiva el encuentro, referentes de todos los sectores del peronismo comenzaban a llegar al edificio que ofició como búnker: intendentes, dirigentes de La Cámpora, y funcionarios del riñón de Kicillof, como Carlos Bianco. La reunión alimentó versiones sobre una posible tregua, pero lo cierto es que no hubo comunicados, ni declaraciones públicas, ni acuerdos cerrados.
Aunque la mayoría de los bloques en la Legislatura, salvo una fracción del radicalismo, ya avaló la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), lo que realmente divide al peronismo es si las elecciones generales se celebrarán junto a las nacionales (como quiere el cristinismo), o en una fecha desdoblada (como propone Kicillof).
Cristina Kirchner impulsa elecciones concurrentes —es decir, el mismo día, pero con sistemas diferentes para cargos nacionales y provinciales—, mientras el gobernador busca anticiparlas y evitar el caos logístico de aplicar dos modalidades en simultáneo, tras la imposición de la boleta única de papel por parte del gobierno de Javier Milei.
Desde la Gobernación dejaron trascender que, si se impone la fecha por fuera de sus facultades, será considerado como “un golpe institucional y punto desde el que no hay retorno”.
Sergio Massa, que reunió a su tropa en San Fernando, evitó tomar partido de forma contundente. “Yo no sé si es con concurrencia o desdoblamiento posterior o anterior, pero antes de esto hay que resolver un paso previo”, señaló ante los suyos. Su llamado fue claro: unidad y generosidad, sin vanidades, egos ni caprichos.
Participaron del encuentro figuras clave del Frente Renovador como Malena y Sebastián Galmarini, Cecilia Moreau y los intendentes Juan Andreotti (San Fernando), Javier Osuna (Las Heras) y Pablo Garate (Tres Arroyos), entre otros.
“La división es la garantía de éxito de Milei, y la sociedad no nos va a perdonar que no hayamos tenido la generosidad y la capacidad de ceder para representar a quienes rechazan este gobierno”, advirtió Massa.
Desde su entorno reconocen que los tiempos se acortan: si no hay consenso interno, “será con PASO y con la fecha que decida Axel Kicillof”.
Mientras el oficialismo bonaerense discute mecánicas electorales, Massa lanzó una crítica lapidaria: “Estamos en un debate de táctica electoral, ni siquiera en una discusión de propuesta electoral alternativa”. Señaló que el Frente Renovador tiene la responsabilidad de “impulsar la unión de todos los sectores” del peronismo para oponerse con firmeza a las políticas de Milei.
En ese sentido, Massa advirtió que la falta de claridad en la estrategia daña la confianza del electorado: “La sociedad espera de UxP un rol firme en el rechazo de las políticas de este gobierno y un rol propositivo, eso no está. Si no entendemos que tenemos que tener protagonismo en ese sendero, estamos en un problema”.
Fuente: Grupo La Provincia