Miguel Ángel Ponte y Luis Palomino renunciaron a sus respectivos cargos en la Secretaría de Trabajo, que es encabezada por Julio Cordero, bajo la órbita de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
Ponte se desempeñaba como secretario de Empleo, un cargo de relevancia en la estructura, además de haber sido el cerebro de la reforma laboral original que impulsó la gestión de Javier Milei en el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23. Renunció para dedicarse a tiempo completo a presidir una fundación que se llama Instituto del Crecimiento, una suerte de think tank que reivindica el respeto a la vida, la libertad y la propiedad.
Palomino, en tanto, renunció a su cargo de director nacional de la Unión Ejecutora del Programa Volver al Trabajo, que administra los planes exPotenciar Trabajo, para retomar su cargo de concejal en Vicente López. Ambas desvinculaciones se concretan dos meses después de la llegada de la abogada Claudia Testa como subsecretaría de Trabajo de la Nación. Testa, actual número dos de Cordero, directora general de Relaciones Laborales del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, adonde había sido promovida por el exsecretario de Trabajo porteño, Ezequiel Jarvis, quien ahora ocupa un cargo en el Ceamse.
Ponte, exnúmero dos de Jorge Triaca durante la gestión de Cambiemos y exgerente de Recursos Humanos de Ternium, se había sumado a La Libertad Avanza mucho antes de las elecciones primarias en las que Milei dio el primer impacto en la carrera a la Casa Rosada. Fue el cerebro de una reforma laboral que va mucho más allá del fondo de cese al estilo Uocra que se habilitó por ley para reemplazar a las indemnizaciones.
Durante su paso como funcionario de Macri, Ponte ganó notoriedad por una frase que terminó minando los puentes con los gremios para delinear una reforma que hasta había alcanzado por entonces un fugaz visto bueno de la CGT. “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema. Como en el organismo lo es comer y descomer”, dijo en un intento de naturalizar las contrataciones y los despidos. Esta frase, sumado al fracaso del “plan empalme”, cuyo objetivo era reconvertir planes sociales en empleo genuino, sentenciaron su suerte en la administración pública, en la que duró casi dos años como secretario de Empleo. Tuvo el mismo cargo con la gestión libertaria, pero su paso duró poco más de un año. Se dedicará ahora al Instituto del Crecimiento, en cuya comisión directiva también figura Palomino, el otro funcionario saliente.
La decisión de Palomino de renunciar es puramente política. Pretende recuperar centralidad en Vicente López como concejal. Aspira a postularse como intendente en 2027 por La Libertad Avanza. “A Sandra [por Pettovello] no le gusta que se mezcle la gestión con la política, entonces decidí dar un paso al costado”, dijo Palomino a LA NACION. En su carta de renuncia, se mostró alineado con el mileísmo: “Tengo la responsabilidad política de dar la BATALLA CULTURAL en el Municipio de Vicente López en favor dela desregulación del estado municipal, la transparencia y honestidad en la gestión y la baja de impuestos, entre otras”.
Durante su paso por la Unión Ejecutora del Programa Volver al Trabajo se congeló el monto del plan Potenciar Trabajo en $78.000, pero a cambio se eliminó el requisito obligatorio de dar una contraprestación durante cuatro horas diarias. Se abrieron centros de capacitación para intentar reinsertar a los beneficiarios del subsidio a reinsertarse en el mundo laboral. Firmó convenios con empresas petroleras y de cadenas rápidas. La gran mayoría de los beneficiarios de la ayuda son personas que se desempeñan en la economía popular. Es probable que su lugar quede para Eugenia Cortona, actual subsecretaria de Empleo y Formación Laboral.
Fuente: diario La Nación