El Ing. Carlos Torres Carbonell habló de dos ejes de trabajo: ampliación de los canales de evacuación de agua en la ciudad e intervenciones en la cuenca.
INTA Bordenave junto a la Universidad Nacional del Sur elaboró un informe de “Diagnóstico preliminar de daños y flujo de agua de escorrentía originados por la tormenta del 7 de marzo”.
Uno de los autores es el Ingeniero Agrónomo y docente de la UNS, Carlos Torres Carbonell, quien esta mañana en diálogo con Radio Altos brindó detalles de la tormenta que azotó a Bahía Blanca y expuso qué obras se necesitan para mitigar los impactos de posibles nuevas lluvias torrenciales.
Contó que realizaron una especie de peritaje de la cuenta tras la inundación para determinar el alcance de la lluvia y les sorprendió corroborar que se trató de una tormenta muy chica en extensión porque no fue más allá del cementerio Parque de Paz.
“Fue un evento climático que no había ocurrido en la historia. Con esa lluvia de 400 milímetros, en el momento de máxima intensidad, los registros de la estación meteorológica nos permitieron estimar que hubo lo que se llama un caudal máximo de crecida de casi 900 metros cúbicos por segundo”, indicó.
Agregó que la capacidad de evacuación del Canal Maldonado es muy alta, 300 metros cúbicos por segundo, pero claramente no alcanzó para los 900 metros cúbicos por segundo mencionados.
El informe que entregaron al Consejo Asesor para la Reconstrucción Hidráulica de Bahía, recientemente conformado, incluye una serie de estrategias para mitigar situaciones como la ocurrida el 7 de marzo cuando se concentró gran cantidad de agua en un lapso corto de tiempo.
En ese sentido, habló de dos ejes de trabajo. El primero, ampliar los canales de evacuación dentro de la ciudad para que, cuando el agua llegue, evacúen lo más rápido posible. Aunque admitió que requiere de un estudio interdisciplinario teniendo en cuenta que los alrededores tanto del canal como del entubado están poblados.
Y en segundo lugar, mencionó la intervención de la cuenca para generar que el agua llegue más lento a la ciudad y les dé más tiempo a los canales para evacuarla.
Como ejemplo de obras posibles a realizar, expuso el caso de Tornquist que trabajó desde la década del 60 en un proyecto de escorrentía que incluye trincheras de amortiguamiento, curvas de nivel y diques de contención en distintos lugares. “Eso requiere de un estudio interdisciplinario para ir viendo las pendientes y definir dónde construir un pequeño dique de contención para que en la pendiente retenga el agua y cuando rebalse, baje más lento”, describió brevemente sobre el mecanismo usado en las sierras y que podría replicarse en la cuenca bahiense.
Resumió que el plan de reconstrucción hidráulica debe incluir obras que permitan ralentizar el avance del agua en las pendientes naturales hacia Bahía Blanca y ampliación de los canales de evacuación “para que el agua se vaya rápido una vez que llegó a la ciudad”.
Trres Carbonell afirmó que profesionales del INTA y de la UNS están en contacto con el Municipio y se mostró confiado en que los integrantes del consejo asesor tendrán en cuenta lo planteado en el informe.
Por último, sobre obras prioritarias, sostuvo que la primera intervención debería ser la de los canales de evacuación en la ciudad. Luego, sí avanzar sobre la cuenca que “sumará para bajarle la velocidad de avance del agua hacia el mar”.