“Cambia, lamentablemente, y con todo el respeto que esto merece, cambia lo que estoy buscando: empiezo a buscar un cuerpo sin vida”, afirmó en la tarde de ayer el subprefecto de Maldonado Sebastián Sorribas, a cargo del operativo de búsqueda de Franco Toro, el bahiense de 30 años que desapareció en el mar de La Punta el miércoles a la mañana, tras los festejos de Año Nuevo, mientras intentaba auxiliar a una amiga.
Prefectura consideró los trabajos de rastrillaje como negativos. “Hasta el momento, hoy se desplegaron aproximadamente la misma cantidad de medios que ayer, dos lanchas, dos motos de agua y entre 12 y 15 personas caminando la costa, además de un grupo de siete guardavidas”, resumió el subprefecto.
Sin embargo, afirmó, las condiciones climáticas no fueron propicias, por lo que no pudieron agregar al rastrillaje el submarino de buzos en las inmediaciones de Santa María, un histórico buque hundido frente a la playa de El Emir, zona que quieren descartar antes de ampliar la búsqueda a mar abierto.
En el segundo día de rastrillaje del joven desaparecido en las aguas de la Playa Los Dedos, las tareas de Prefectura se complicaron. “Quisimos entrar con los buzos al agua a las 5.30, en lo que sería [la zona de] la caldera de Santa María, el barco hundido que hay en la playa El Emir, que es un área sumamente peligrosa, pero realmente no pudimos. Por la situación del mar, era demasiado el riesgo. Probamos de vuelta a mitad de la tarde, pero tampoco se pudo. Se levantó un viento del sudeste a la tarde que cambió el mar, y eso imposibilitó también la parte náutica”, afirmó.
Sobre la posibilidad de que el cadáver, por cuestiones naturales, salga a la superficie, mencionó: “El tiempo para que eso ocurra depende mucho de la temperatura del agua. La estadística dice que entre los tres y cinco días posteriores deberías estar teniendo alguna novedad. Si está atrancado a una piedra o se alejó, ahí la estadística cambia”.
La zona de búsqueda se amplía constantemente, y ya se empieza a contemplar el rastrillaje en mar abierto. “A partir de ahora vamos a mantener la zona cero, que es algo que nunca se deja. Hay que esperar que la naturaleza haga lo suyo, y tal vez mañana tengamos un poco más de suerte. Pero los medios náuticos no van a estar concentrados ahí, sino que van a estar yendo más hacia el este o más alejado de la costa”, afirmó Sorribas.
“Seguimos estudiando las corrientes, nos manejamos aproximadamente dentro de un rango de un kilómetro y medio, que creo que está lo suficientemente peinado como para empezar a abrir el espectro. Eso va a llevar a que los medios se distribuyan en zonas más largas y eso va a hacer que tampoco sean tan efectivos. Una cosa es tener concentrado todo en una ensenada y otra es empezar a buscar en mar abierto, con las corrientes que hay ahí”, sumó Sorribas en la conferencia.
Franco Adrián Toro tiene 30 años y es oriundo de Bahía Blanca. En la mañana del 1° de enero, cerca de las 7, se encontraba en la playa con un grupo de amigos, con los que aparentemente habría seguido de largo tras los festejos de Año Nuevo. En una primera instancia, destacaron desde Prefectura, dos de sus amigas ingresaron al mar en una zona de la playa Los Dedos donde, por la presencia de piedras y de corrientes de retorno, está prohibido bañarse. Una logró salir por sus propios medios pero la otra no, por lo que dos hombres —uno de ellos fue Toro— entraron al mar para intentar ayudarla. Por el horario, todavía no había guardavidas en la playa.
Personal de Prefectura que se encontraba en la zona realizando un operativo especial de seguridad por las celebraciones de Año Nuevo acudió al lugar al recibir un llamado de pedido de asistencia, y realizó un operativo de rescate.
“Cuando llegamos había una muchacha y dos chicos en el agua. Pudimos ayudar a sacar a la muchacha y a un masculino, pero hubo uno que no logramos rescatar”, había contado ayer Sorribas.
Fuente: diario La Nación