“Las medidas no son azarosas ni violentas sino ajustadas a derecho, con criterio y empatía al afiliado”, remarcó Pablo Hernández.
Días atrás en Frente a Cano TV el titular del sindicato de Municipales, Miguel Agüero, planteó la compleja situación que atraviesa la obra social DOSEM por los altos costos de las prestaciones en el marco inflacionario que atraviesa la economía argentina.
Esta mañana en diálogo con Radio Altos, el secretario de prensa del gremio, Pablo Hernández, habló de la necesidad de restringir prestaciones y explicó en qué consisten esas medidas. “Estamos en un proceso de readaptación, un tsunami inflacionario que arrasó y venimos sufriendo desde la pandemia las obras sociales, la salud y la industria farmacéutica, y en el que DOSEM no es la excepción”, remarcó.
Recordó que DOSEM en los últimos años fue catalogada como una de las mejores obras sociales de la Provincia, pero esa situación cambió. Agregó que año tras año mantenía un superávit altísimo, pero que los costos de la salud y los elevados índices inflacionarios, no colaboraron para poder continuar por ese camino.
Según señaló, DOSEM sigue cumpliendo con el Programa Médico Obligatorio y lo que ha restringido son prestaciones que estaban por fuera de ese plan. Por ejemplo, recordó que sesiones de psicología o kinesiología eran infinitas y hoy se deben minimizar y “ponerle un coto” a la cantidad de autorizaciones por año.
Hernández mencionó algunas cifras relacionadas con gastos de la obra social: 312% de aumento de los medicamentos, cobertura de cinco trasplantes que rondaron entre 5 y 6 millones de pesos y más 2 millones de pesos destindos a traslados. Asimismo, se refirió al caso de un afiliado que “lleva gastados” 8 millones de pesos en distintas prestaciones por los problemas de salud que presenta.
“Cuando se habla de restricciones aclaramos que no se dejará a nadie tirado con un problema de salud; la gente se enoja porque no se autoriza una plantilla, pero sí se autoriza un trasplante que cuesta 6 millones de pesos”, manifestó.
Otro ejemplo de restricciones fue el de las recetas. Antes había tres pedidos por receta y “siempre el tercer renglón no tenía que ver con la patología” por la que se elaboraba la receta.
Asimismo, cuestionó a la gestión municipal por lo adeudado en aportes. Detalló que el Ejecutivo debe aportar un 6% y hoy paga un 5,5%, unos 3 millones menos de pesos. “Para nosotros es un monto importante y para el Ejecutivo es ínfimo. A la obra social también la usan los funcionarios”, recalcó.
Por último, resumió que durante 30 años DOSEM tuvo superávit y hoy la situación no es buena por cuestiones ajenas a la obra social: “La ola nos arrastró, tenemos que aguantar para que todo esto pase”.
Y le envió un mensaje a las y los afiliados: “Hay focos enojados con la obra social, les pedimos un poco de empatía y paciencia; estamos mejorando un montón de cosas y le hemos pedido desde el sindicato a la dirección de la obra social que forme equipos de trabajo para avanzar en mejoras”.