Como lo informábamos ayer, convocados por el juez federal Pablo Candisano Mera referentes de la ciudad se reunieron con el objetivo de emprender una acción conjunta para la prevención, contención y represión del narcotráfico en Bahía Blanca y la zona. Así lo manifestaron en el acta compromiso que elaboraron tras el encuentro.
Uno de los que estuvo en la sede de la Cámara Federal de Apelaciones fue el senador provincial de Juntos por el Cambio Andrés De Leo, quien enfatizó que la pelea que hay que dar contra el narcotráfico es “muy fuerte”.
En diálogo con Radio Altos aclaró que se trató de un primer encuentro y que seguramente se sumarán otros actores a los próximos debates, entre ellos, referentes en materia de educación y de salud.
Y agregó que durante muchos años hubo “una especie de laxitud” respecto a la presencia de drogas en la ciudad.
Si bien aclaró que Bahía Blanca no es Rosario, aseveró que no está muy lejos de serlo cuando se analizan indicadores. Recordó decomisos de gran cantidad de drogas como en el caso Bobinas Blancas o los bolsos con cocaína flotando en el estuario. “Esto marca que Bahía Blanca fue un punto estratégico importante en materia de logística y de tránsito de drogas hacia el norte de América y hacia Europa”, remarcó.
Además, sumó que hubo muertes por disputas del comercio del tráfico de drogas y que se ha registrado un crecimiento muy marcado en el consumo y la distribución de estupefacientes.
“Este punto de quiebre es muy significativo e importante; ahora hay que avanzar en acciones concretas. La pelea no es sencilla. Hay que hacer un esfuerzo grande e importante para que no se instale el narcotráfico en la ciudad como en otras ciudades del país”, reclamó.
En el acta acuerdo elaborado ayer se afirma que “se observó la retroalimentación que existe entre la vulnerabilidad y el crimen organizado, lo que genera la necesidad de reunir a los distintos poderes del Estado, a nivel local, provincial como nacional, para generar instancias de reflexión, cooperación, colaboración y articulación de las políticas públicas”.
Al respecto De Leo planteó que para sectores marginados o no tan marginados el crimen organizado de la venta de estupefacientes termina siendo un negocio más rentable y de mucho más ingresos que cualquier otro trabajo. “Termina siendo una salida económica importante y a partir de allí viene la disputa por el territorio. Hoy tenemos una realidad que hay que atenderla”, insistió.
Por último, mencionó los ejes fundamentales en los que se debe trabajar y avanzar para abordar el consumo y venta de estupefacientes. El primero, dijo, es la cuestión punitiva y represiva que requiere dotar con mayores recursos al personal encargado de tareas de inteligencia para desbaratar a las bandas y contar, en ese sentido, con procesos judiciales más robustecidos para sancionar a quienes cometen delitos.
Además de la mirada punitiva, señaló que otros de los ejes a abordar son el educativo, el de la regeneración e inclusión social y el de la atención de quienes padecen una adicción.
“Tenemos en todos estos puntos una deuda muy grande”, concluyó.