La investigación arrojó que hay una puja judicial millonaria y que le habían retirado los medidores de gas, pero seguía funcionando con garrafas.
La muerte de Nicolás Alberto Ruíz de 40 años, encargado del Hotel Pillahuincó de Villa La Arcadia, a causa de la explosión de una caldera el último fin de semana dejó al descubierto una cadena de irregularidades que anticipaban la posibilidad de un hecho trágico como el acontecido.
Se abrió un expedientes que reveló que el inmueble en cuestión está atravesado por una millonaria puja judicial y que operaba de manera clandestina con el uso de garrafas tubo de 45 kg tras la remoción de medidores por Camuzzi. Además no es la primera muerte en el lugar, sino la segunda en dos años.
La explosión de diciembre de 2025 se suma al fallecimiento de Aldo Abel García (80), uno de los propietarios registrales, quien murió el 3 de marzo de 2024 tras sufrir una caída en una escalera dentro del predio.
“La cadena de riesgos —sumada al incendio por cortocircuito de septiembre de 2025— eleva la pregunta sobre la responsabilidad de las administraciones públicas y de los entes de servicio por no clausurar un edificio que operaba en condiciones de peligro extremo”, relató en una crónica el sitio Noticias Radio Reflejos.