El ensayista y Dr. en Ciencias Sociales, Alejandro Horowicz, analizó cómo el libertario logró en cinco años aparecer en la escena política y ser presidente.
El pasado viernes Alejandro Horowicz, Dr. en Ciencias Sociales, ensayista, periodista y profesor universitario, presentó en Bahía Blanca su libro “Lenin y Trotsky, los dragones de Marx” y esta mañana en diálogo con Radio Altos analizó cómo Javier Milei, una persona que hasta hace cinco años prácticamente “no existía” políticamente logró convertirse en presidente de Argentina.
“Es un outsider del juego político que hace 5 años no existía políticamente y que enfrentó a partidos centenarios y de más reciente creación que gobernaron la Argentina como el peronismo, el radicalismo, el PRO y la izquierda”, planteó en primer término para preguntarse una y otra vez, como lo hiciera el viernes en la presentación de su obra, ¿cuál es la calidad de las fuerzas que desbancó Milei, o có o llegamos a Milei presidente?.
La respuesta, dijo, está en parte en los datos duros: cuando asumió Mauricio Macri había un 30% de pobres, cuando asumieron los Fernández un 35% y cuando asumió Milei superaba el 40%.
“Se trata de la calidad de esta sociedad democrática. La democracia es un método político y se juzga con los resultados. La práctica política de esta democracia nos hace saber que es de muy baja calidad al tener 40% de pobres y, entonces, al ser de baja calidad se puede entender el fenómeno encarnado en el actual presidente argentino”.
Sobre cómo marchará el gobierno de La Libertad Avanza, sostuvo que se debe distinguir entre Milei y el espacio político que integra. “El lugar de Milei, el comportamiento personal de su política, se parece mucho a poner un helado sobre una parrilla donde el fuego termina derritiendo el helado. La idea de que se puede sostener un ajuste como el de Milei en el tiempo no es una buena idea”, remarcó.
Subrayó que el presidente necesita del ingreso de una gran cantidad de dólares para salir del cepo y para restablecer así un punto de equilibrio entre el orden político económico argentino y el mercado mundial. “Si no logra conseguir los dólares chocará la calesita y concecuentemente aparecerá la amenaza de una hiperinflación y cierto descontrol en medio de una depresión, y de una depresión no se sale con más crisis”, advirtió.
Habló en otro tramo de su análisis del proceso de descomposición política que se parece bastante “al todos contra todos” y a la idea de que una sociedad puede vivir en términos de la ley del más fuerte.
Utilizando como ejemplo la pandemia de Covid y cómo el mundo logró superarla, rechazó una de las ideas fuerza de Milei: que el mercado se regula solo y que no requiere de la intervención de estado.
“Por la cooperación internacional, la inversión pública y la intervención directa del Estado no nos fuimos todos al tacho en la pandemia. Después de una experiencia global semejante responder que las fuerzas automáticas de mercado resuelvan las cosas, es mirar los problemas del 2025 con la perspectiva de 1830”, alertó.
Horowicz recalcó que es necesario reorganizar a la sociedad y que la disyuntiva es la idea de una sociedad vital y capaz de responder a sus problemas solidariamente o la idea de una sociedad de caníbales.
“Cuando se mira la lista de multimillonarios, unas 4000 personas tienen la mitad de la renta del mundo. La idea de que esto tiene que ver con algo que se parezca a cualquier versión de la justicia es un disparate. Un pequeño grupo expropia a la mayoría y la mayoría permite que esto suceda. Este es el problema político que tiene que resolver el planeta sino la vida de las sociedades humanas desaparecerá”, manifestó.
Ese planteo lo llevó al ámbito local y cuestionó: “Tenemos un país empobrecido con multimillonarios continuamente enriquecidos, con dirigentes sindicales de 70 y más años y trabajadores que viven, aunque tengan el ingreso pactado en convenios laborales, por debajo de la línea de la pobreza. En una sociedad donde los polos son cada vez más obscenamente distintos creer que esto es un orden capaz de estabilizarse o que este orden permite vivir, es una idea, cuanto menos, un poco atrevida”.