El presidente Javier Milei inicia otra semana de extrema tensión política y económica tras la paliza electoral que sufrió La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Lejos de descomprimir el escenario, el Gobierno redobló la apuesta ante el Congreso con una batería de vetos a la emergencia pediátrica, el financiamiento universitario y el reparto de los Adelantos del Tesoro Nacional ATN), esta última impulsado por los 24 gobernadores. Pero además, ratificó el programa económico con el dólar rozando el techo de la banda y el riesgo país por encima de los 1.000 puntos.
El Presidente grabará el lunes en Casa Rosada un mensaje para ser emitido por cadena nacional con la presentación del Presupuesto 2026. En ese contexto, ensayará una férrea defensa de la muralla fiscal en medio de las derrotas que sufre en gobierno nacional en el Congreso por el manejo del gasto público tras el rechazo al veto a la emergencia en discapacidad y la insistencia, el miércoles en Diputados, de la emergencia pediátrica a nivel nacional y la Ley de Financiamiento Universitario.
Con un esquema de tomas de decisiones delegado en Karina Milei, este lunes asumirá Lisandro Catalán como ministro del Interior. Un funcionario sin manejo de recursos, que estaba subordinado a Guillermo Francos y que se volcó al karinismo en medio de la furibunda interna que el sector de la hermana presidencial libra con Santiago Caputo. Catalán no podría haber tenido un peor debut. A horas de su anuncio como nuevo ministro, Milei vetó la ley de distribución de los fondos de los ATN en abierta provocación a los mandatarios provinciales que el viernes se reunieron en Córdoba para exhibir una demostración de poder territorial en contraste con la escuálida convocatoria de gobernadores que había hecho un día antes el flamante ministro del interior en Casa Rosada.
En tanto, el programa económico del Gobierno nunca estuvo tan en riesgo como ahora. Tras la derrota sin atenuantes en la provincia de Buenos Aires, la gestión libertaria quedó en shock a menos de 45 días de las elecciones legislativas del 26 de octubre. El Presidente no sólo enfrenta el desafío de sostener una motosierra fiscal sin la sostenibilidad política de los gobernadores aliados en el Congreso sino que además enfrenta una interna intestina en el propio seno de su Gabinete.
El viernes pasado en Córdoba, el santafesino Maximiliano Pullaro advirtió que “el equilibrio fiscal es sagrado pero con los ciudadanos adentro”. El cordobés Martín Llaryora, anfitrión del encuentro de gobernadores de Provincias Unidas, amplió el concepto al advertir que el actual programa económico “genera desempleo”, en el marco de una férrea defensa junto al jujeño Carlos Sadir y el correntino Gustavo Valdés, de las leyes vetadas por el Presidente.
Tras lograr la asistencia de apenas tres gobernadores a su convocatoria, los aliados electorales Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Catalán se vio obligado a ir a negociar a domicilio con otros mandatarios provinciales destratados por la estrategia política de Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem de armarle listas de La Libertad Avanza a los aliados en sus provincias.
Aislado, el gobierno nacional envió a Catalán al norte a posar junto a mandataros como el salteño Gustavo Sáenz y el tucumano Osvaldo Jaldo alarmado por el vacío político que padece en el Congreso de cara a la sesión de este miércoles donde la oposición incluyó en el temario el proyecto para acotar la vigencia de los decretos de necesidad y urgencia, principal herramienta de gestión de la administración libertaria, y citaciones para dar informes verbales a Karina Milei y Guillermo Francos en el marco del escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
En paralelo, el Senado de la Nación mastica para el jueves una sesión especial en la que se abordará el veto presidencial a la ley que modificaba la distribución de los ATN entre las provincias. Gobernadores y legisladores provinciales presionan para revertir la decisión, en un contexto de fuertes tensiones por la coparticipación y el financiamiento federal. Los rechazos a los vetos requieren una mayoría especial de dos tercios de los votos presentes en cada cámara. La oposición confía en que puede reunir los números, sobre todo en Diputados, mientras el oficialismo apuesta a que las divisiones entre bloques frenen la avanzada.
Fuente: Ámbito