El jueves pasado en una nueva audiencia del juicio por delitos de lesa humanidad de la denominada Megacausa Zona V, en la que se encuentran imputadas 38 personas, declaró Diana Pizá.
Fue convocada a partir del caso de Graciela Juliá, militante de la Juventud Peronista, que estudió la Licenciatura en Economía en la UNS y en febrero de 1977 fue secuestrada.
Diana Pizá tiene 64 años, nació en Río Colorado donde vivió hasta los 11 años y luego se mudó con su familia a Bahía Blanca. Estudió en la escuela Normal y el Ciclo Básico, militó en la UES y estuvo cinco años detenida. Su hermana Liliana está desaparecida.
“Estuve cinco años detenida desde 1975 a 1980. A partir de ahí salí a buscar a mi hermana que la habían secuestrado en La Plata en 1977. Querían cazar a mi familia completa; mi papá estuvo un año y medio preso y lo liberaron en mayo de 1977. A Liliana la habían secuestrado previamente”, detalló.
Apenas recuperó la libertad su papá comenzó a buscar a Liliana, a presentar hábeas corpus para que le informen dónde estaba y a luchar junto a agrupaciones de Derechos Humanos. A esa lucha se sumó Diana cuando fue liberada en 1980.
Y agregó: “A lo largo de los años, sentía la ausencia de mis compañeros y compañeras. Siempre tuve una deuda de traerlos a un lugar con nombres y apellidos. Cuando asumió la presidencia Raúl Alfonsín nos dimos cuenta de que no volverían”.
A continuación la nota completa con Diana Pizá en Frente a Cano. Una historia de dolor, lucha y resiliencia: