Leandro Wagner es docente de música desde hace 14 años. Actualmente trabaja en el jardín de infantes 911 en Villa Rosario y en las escuelas medias de la Universidad Nacional del Sur.
“La docencia es una tarea hermosa, pero es extremadamente difícil”, resumió en diálogo con Radio Altos y agregó que en su experiencia que supera la década al frente de un aula, viene advirtiendo cómo la calidad de vida de las y los alumnos y de los docentes empeora y eso dificulta su trabajo.
Afirmó que los cursos se vuelven más difíciles por todas las problemáticas que se presentan y eso se refleja, advirtió, en que cada vez más docentes se enferman por la sobrecarga laboral y el estrés.
En su caso, indicó que las realidades que se presentan en el jardín de Villa Rosario y en las escuelas medias de la UNS son diferentes.
Y agregó que también esos mismos niños y niñas sufren problemas en cuanto a la calidad de sus viviendas y las dificultades de sus familias para acceder al trabajo de las familias. “Eso se refleja mucho con un mayor ausentismo”, agregó.
Leandro contó que el hambre provoca que sus alumnos y alumnas no estén concentrados en las actividades que propone: “Están pensando a qué hora se come”. Por eso, las y los docentes van planificando las tareas de cada jornada dependiendo “los niveles de hambre que hay en el curso”.
En ese punto, se refirió también a los resultados pedagógicos y a los cuestionamientos que recibe el sistema educativo argentino por el nivel de sus estudiantes. “Los resultados educativos no los podemos cambiar si no cambiamos la calidad de vida de los estudiantes y las condiciones de trabajo de los docentes”, subrayó.
Y volvió a plantear las condiciones en las que trabajan las y los maestros: “Llegamos súper explotados y se ve reflejado en la salud de la gente; además falta material, hay establecimientos con serios problemas edilicios y faltan escuelas”.