“El Poder Judicial está en una situación de extrema debilidad institucional. El 40% de vacantes es muy grande”, advirtió el juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti.
En un nuevo reclamo a la dirigencia política, advirtió sobre la urgencia de cubrir cargos faltantes en todo el país, y de emprender reformas en el Consejo de la Magistratura y en el Poder Judicial.
Con una mirada muy crítica, el magistrado se refirió a la composición actual del máximo tribunal, que integra junto a su presidente, Horacio Rosatti, y Carlos Rosenkrantz. “Tenemos una Corte mínima este año. Hay que integrarla porque no es normal. Tengo mucha relación con Cortes de otros lugares del mundo, y cuando decimos que somos tres, nos miran raro”, describió.
Para el juez, a pesar de la minoritaria composición, se hizo un “gran esfuerzo para ponernos de acuerdo en una gran cantidad de casos”. “Tenemos una gran responsabilidad institucional”, dijo durante una entrevista en radio Mitre con Eduardo Feinmann.
En ese marco, se refirió a la responsabilidad del Poder Ejecutivo en el retiro y la demora en el tratamiento de pliegos para renovar a las autoridades judiciales: “Lamentablemente, los poderes ejecutivos, los últimos tres, han retirado los pliegos, pasan dos o tres años analizándolos y luego viene otro Gobierno y los retira. Tenemos un atraso extraordinario. Faltan jueces. Cuando no hay jueces es difícil que un poder judicial funcione. Hay provincias vacías”.
A lo largo de la entrevista, Lorenzetti vinculó el funcionamiento del sistema judicial con la evolución institucional de las últimas décadas, y destacó el avance en las causas judiciales que investigan a los funcionarios públicos. “En los últimos 15 años hubo más casos y sentencias de corrupción que en toda la historia argentina”, subrayó el magistrado.
Sin embargo, destacó la necesidad de mayor celeridad en los megajuicios, como la causa Cuadernos. “Tendría que ser un proceso presencial, y serlo mucho más rápido”, comentó. “La ejemplaridad de estos casos tiene que ser clara con la igualdad ante la ley, y que todos son juzgados de la misma manera. Es un mega proceso muy amplio, con muchas personas involucradas, pero es importante que los jueces hagan un esfuerzo y que tengan la dotación necesaria”, consideró.
El juez apuntó contra el funcionamiento del Consejo de la Magistratura: “Hay que reformar muy rápidamente el sistema de selección de jueces en Consejo de la Magistratura”. Y criticó especialmente la politización y los retrasos: “Los concursos duran seis años, ahí hay un problema muy serio”.
Para Lorenzetti, hay una dificultad generalizada y un clima de época que responde a la “desconexión entre instituciones y sociedad”. “Está cambiando el mundo, hay muchas revoluciones al mismo tiempo: está cambiando el sistema económico, el sistema ambiental, la tecnología. Frente a ese cambio tan acelerado, tenemos una dirigencia política global que no lo está viendo”, deslizó.
El magistrado advirtió sobre “el riesgo de control social enorme” a partir de los avances tecnológicos y la posible afectación de derechos individuales, sobre todo ante eventuales gobiernos autoritarios: “Los chicos dentro de unos años van a tener toda su vida en la red. Ni hablemos si hay un gobierno autoritario”.
Al mismo tiempo, valoró los avances tecnológicos aplicados al Poder Judicial, como la vigilancia electrónica y la identificación en investigaciones de narcotráfico. Sin embargo, alertó que la falta de autonomía tecnológica impide una mayor eficiencia: “Hace 20 años que no se actualiza. Podríamos brindar un servicio mucho más rápido si tuviéramos tecnología actualizada”.
El juez insistió en que, entre las reformas pendientes, se debe apuntar a que la primera es lograr “un Poder Judicial que sea autónomo e independiente”, porque hoy “no lo es”. “Ninguna de las decisiones importantes las podemos tomar nosotros, por ejemplo la autonomía presupuestaria o la incorporación de tecnología”, planteó, e insistió en dejar de lado las disputas políticas y centrarse en las demandas de la población.
Lorenzetti, que publicó su libro “El liderazgo del caos. Cómo reconstruir un proyecto común en un mundo fragmentado” por editorial Siglo XXI, sostuvo que su ensayo apunta a brindar una “mirada más optimista sobre cómo se administra y gobierna el caos”. “Existen una gran cantidad de variables y problemas que se asemejan al caos”, apuntó.
Por último, alertó sobre las consecuencias de la distancia entre ciudadanía y sistema político: “La gente se aleja, se desconecta y se desilusiona. Esto es gravísimo para la democracia, hay muchas encuestas donde la gente se manifiesta y dice que quiere resultados. En Francia, una encuesta arrojó que no importa si se los da una democracia o un autoritarismo”, concluyó.
Fuente: diario Infobae