Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda anunció este jueves que renunciará al cargo en febrero, ya que aseguró no tener “energía para otros cuatro años”. “Para mí ya es hora”, declaró en un encuentro con miembros de su Partido Laborista. “Ya no tengo energía para otros cuatro años”, afirmó.
Ardern llegó al poder en 2017 con un gobierno de coalición y luego condujo a su partido de centro-izquierda a una amplia victoria en las elecciones de 2020, pero su popularidad y la de su partido cayeron en las últimas encuestas.
En su primera aparición pública desde que el Parlamento entró en receso en diciembre, dijo en el encuentro anual de los laboristas que esperaba encontrar la energía para continuar como líder. “Pero no lo he podido hacer”, reconoció.
También anunció que la próxima elección general se celebrará el 14 de octubre y que hasta entonces continuará como miembro del Parlamento.
“No me voy porque crea que no podemos ganar la próxima elección, sino porque creo que podemos (ganar) y lo haremos”, afirmó.
Ardern indicó que su renuncia entrará en vigor a más tardar el 7 de febrero y que la bancada laborista escogerá un nuevo líder en tres días. El viceprimer ministro, Grant Robertson, negó que vaya a postularse al cargo.
Ardern aseguró que no hay ningún secreto detrás de su renuncia. “Soy humana. Damos todo lo que podemos hasta que llega la hora. Y para mí llegó la hora”.
“Me voy porque con un trabajo tan privilegiado hay una gran responsabilidad, la responsabilidad de saber cuándo eres la persona indicada para liderar y cuándo no”, sostuvo.
Jacinda Ardern brilló hacia afuera y se opacó en casa
La mandataria neozelandesa fue destinataria de una gran cantidad de elogios por su manejo en las épocas más complejas de la pandemia del Covid-19, durante el cual sostuvo su norte en función del plan “Cero Caos”.
Hasta agosto de 2022, registraba apenas 26 muertes por el virus, en una población de cerca de 5 millones de personas.
Sin embargo, puertas adentro, fue acusada de estar “desaparecida en acción” en los temas que preocupan a los votantes.
La inflación y el aumento de la violencia armada son dos de los principales problemas en donde la mandataria es más criticada.
Fuente: diario Clarín