La hija de la líder opositora venezolana María Corina Machado aceptó el Premio Nobel de la Paz en nombre de su madre el miércoles, horas después de que las autoridades informaran que Machado no asistiría a la ceremonia, aunque “estaba en camino”.
“Estoy aquí en nombre de mi madre, María Corina Machado, quien ha unido a millones de venezolanos en un esfuerzo extraordinario que ustedes, nuestros anfitriones, han honrado con el Premio Nobel de la Paz”, dijo Ana Corina Sosa.
Emocionada y en pulido y brillante inglés, la joven encaró “la difícil tarea de dar voz a las palabras de su madre, el discurso que ella preparó para esta ocasión”.
En el discurso repasó los orígenes del pueblo venezolano y su grandeza, atravesó el doloroso relato de la llegada de la dictadura y finalmente la proscripción del régimen a la candidatura de Machado y el fraude del régimen en las elecciones presidenciales que la llevó a la clandestinidad.
Machado -que no mencionó ni al fallecido presidente Hugo Chávez ni a su sucesor y actual presidente, Nicolás Maduro- habló de un “saqueo histórico” y de que el dinero del petróleo se usó para “comprar lealtades” en el exterior, “mientras el Estado se fusionaba con el crimen organizado y con grupos terroristas internacionales”.
Y habló también de la “herida abierta” por la emigración de venezolanos, además de acusar al Gobierno de “quebrar por dentro” a los opositores: “Quisieron que los venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio”.
Pero, “Venezuela volverá a respirar”, dijo y dedicó el premio a todos los venezolanos y a su futuro. Sus sentidas palabras fueron premiadas con un enorme aplauso y una ovación de pie.
La joven había confiado al subir al estrado que en “unas horas” podrá abrazar a su mamá en Oslo y que la intención de la líder opositora es regresar “muy pronto” a Venezuela.
“Debo decir que mi madre nunca rompe una promesa. Y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, dijo en el Ayuntamiento de la capital noruega.
Al mismo tiempo señaló que mientras espera ese momento para abrazarla y besarla después de dos años, piensa “en las otras hijas e hijos que hoy no podrán ver a sus madres”.
“Esto es lo que la impulsa, lo que nos impulsa a todos. Quiere vivir en una Venezuela libre y nunca renunciará a ese propósito. Por eso todos sabemos, yo sé, que pronto estará de vuelta en Venezuela”, aseguró.
Sosa comenzó expresando la “infinita gratitud”, en nombre de su familia y de toda Venezuela, al Comité Noruego del Nobel por el hecho de que “la lucha de todo un pueblo por la verdad, la libertad, la democracia y la paz es hoy reconocida en todo el mundo”.
Machado se encuentra en la clandestinidad y no ha sido vista en público desde el 9 de enero, cuando fue brevemente detenida tras unirse a simpatizantes en una protesta en Caracas, la capital de Venezuela.
En camino
“María Corina Machado ha hecho todo lo posible para poder asistir a la ceremonia aquí hoy, un viaje en una situación de peligro extremo”, declaró Jørgen Watne Frydnes, presidente del comité noruego del Nobel, en la ceremonia de entrega del premio.
“Aunque no podrá llegar a esta ceremonia y a los eventos de hoy, estamos profundamente felices de confirmar que está a salvo y que estará con nosotros aquí en Oslo”, expresó ante los aplausos.
María Corina Machado dijo en una grabación de audio de una llamada telefónica publicada en el sitio web del Nobel que muchas personas habían arriesgado sus vidas para que ella llegara a Oslo. “Estoy muy agradecida con ellos, y esto es una medida de lo que este reconocimiento significa para el pueblo venezolano”, manifestó antes de indicar que estaba a punto de abordar un avión.
“Yo sé que hay cientos de venezolanos de diferentes partes del mundo que pudieron llegar a su ciudad y que están ahora mismo en Oslo, familia, mi equipo, tantos colegas”, añadió Machado.
“Y dado que este es un premio para todos los venezolanos, creo que será recibido por ellos. Y tan pronto como llegue, podré abrazar a toda mi familia y a mis hijos que no he visto en dos años y a tantos venezolanos, noruegos que sé que comparten nuestra lucha y nuestra pelea”.
Líderes latinoamericanos presentes en solidaridad Figuras prominentes de América Latina asistieron el miércoles en señal de solidaridad con Machado, incluyendo al presidente argentino Javier Milei, el presidente de Ecuador Daniel Noboa, el presidente de Panamá José Raúl Mulino y el presidente de Paraguay Santiago Peña.
El premio a la mujer de 58 años por su lucha para lograr una transición democrática en su nación sudamericana fue anunciado el 10 de octubre, cuando ella fue descrita como una mujer “que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una creciente oscuridad”.
Machado ganó una elección primaria de la oposición y tenía la intención de desafiar al presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del año pasado, pero el gobierno le prohibió postularse para el cargo. El diplomático retirado Edmundo González ocupó su lugar.
El período previo a las elecciones del 28 de julio de 2024 vio una represión generalizada, incluyendo descalificaciones, arrestos y violaciones de derechos humanos. Eso aumentó después de que el Consejo Nacional Electoral del país, que está lleno de leales a Maduro, declarara al titular como ganador.
González, quien buscó asilo en España el año pasado después de que un tribunal venezolano emitiera una orden de arresto en su contra, asistió a la ceremonia del miércoles.
Funcionarios de derechos humanos de la ONU y muchos grupos de derechos independientes han expresado preocupaciones sobre la situación en Venezuela y han pedido que Maduro sea responsabilizado por la represión de la disidencia.
Algunos ganadores anteriores no han podido asistir Cinco laureados del Premio Nobel de la Paz en el pasado fueron detenidos o encarcelados en el momento del premio, según el sitio web oficial del premio, más recientemente la activista iraní Narges Mohammadi en 2023 y el defensor de los derechos humanos bielorruso Ales Bialiatski en 2022.
Los otros fueron Liu Xiaobo de China en 2010, Aung San Suu Kyi de Myanmar en 1991 y Carl von Ossietzky de Alemania en 1935.
Gustavo Tovar-Arroyo, un activista venezolano de derechos humanos que se vio obligado a exiliarse en 2012, dijo que los partidarios de Machado “hicieron todo lo que pudieron para que ella estuviera aquí como se merece. Pero conocíamos el riesgo”.
Agregó que están “decepcionados de que ella no pueda estar en la ceremonia, pero esto es parte de lo que hacemos cuando luchamos contra una dictadura, una tiranía o un régimen criminal. Así que estamos acostumbrados a ello”.
Fuente: diario Clarín