"No hay plata en el bolsillo", cuestionó Daniel Acuña y alertó que "el jubilado no llega a la primera semana".
Daniel Acuña, Presidente de la Confederación General Almacenera, reconoció hoy que “hubo una retracción terrible”, ya que “la gente no tiene plata en el bolsillo”.
En diálogo con Pulso Informativo por Radio Altos, explicó que “hoy las personas ya no compran día a día, sino comida a comida; vienen dos o tres veces en el día para llevarse lo que necesitan en el momento”.
Opinó además que “a los jubilados se los descuidó y es un error decir que no llegan a fin de mes, porque directamente no llegan a la primera semana”.
“Tenemos una Argentina generosa en la que todo el mundo ayuda, pero es una realidad que un jubilado no puede comprar alimentos básicos. No podemos permitir que en un país productor haya gente que no coma”, lanzó el también presidente de la Cámara de Almacenes, Autoservicios, Minimercados, Rotiserías y Afines.
En otro tramo de la entrevista reconoció que “muchos alimentos han bajado de precios y hay cierta estabilidad que nos da tranquilidad“, sin embargo apuntó contra “las empresas formadoras de precios que se enriquecieron especulando con un dólar a $2000 que nunca llegó”. En esa línea, dijo que hace dos meses no hay variación de precios, salvo un 1% o 2% que consideró lógico por la inflación.
No obstante, la caída del poder adquisitivo marcó un descenso de consumo muy grande en supermercados que fue captado por los almaceneros: “tenemos mayor caudal de gente pero compran menos y lo necesario”.
También advirtió “al comerciante que no está dispuesto a cambiar sus formas” al explicar que hoy se debe “vender más cantidad con menor margen de ganancia”. Quien no lo haga, estimó, “se va a quedar en el camino”.
En esa línea reconoció que muchos trabajadores se unen hoy en día para comprar en cantidad y abaratar costos. “Hay que comprar volumen pero no stockearse, nosotros nos juntamos 15 comerciantes y lo dividimos para vender a un precio bajo”, contó Acuña.
Por último no escondió su enojo con los empresarios alimenticios. “La pregunta en todo esto es cuánto ganó aquel que nos cobraba $4000 de costo el kilo de arroz y hoy lo vende a mitad de precio, metiéndole la mano en el bolsillo a las personas. Nosotros sabemos lo que ganan más allá de lo que digan y eso da mucha bronca”.