Independiente Rivadavia hizo historia y es campeón de la Copa Argentina

En la era de los campeones inéditos, Independiente Rivadavia de Mendoza también escribió su nombre en la Copa Argentina. 

En una final vibrante con goles y con rojas, la Lepra le ganó 5-3 en los penales a Argentinos tras igualar 2 a 2 en los 90 minutos y se coronó por primera vez en su historia en un torneo de instancia superior de AFA. 

Así, el conjunto mendocino se sumó a Patronato, Central Córdoba de Santiago del Estero, Platense y Talleres, todos clubes que pudieron dar la vuelta olímpica en los últimos tres años. Y la yapa: los dirigidos por Alfredo Berti jugarán la próxima Copa Libertadores.

Fue de ida y vuelta el primer tiempo, atractivo. Las credenciales con las que llegaron hasta la final se evidenciaron en la cancha de Instituto de Córdoba: Argentinos asumiendo el protagonismo con la tenencia como bandera e Independiente Rivadavia apostando a los contragolpes con Sebastián Villa como punta de lanza. Y fue el elenco mendocino el que se acomodó mejor al duelo, favorecido por ese gol tempranero de Alex Arce, que saltó más que nadie y de cabeza puso el 1-0. Claro que la acción contó con el error fundamental de Sergio Chiquito Romero, quien se confió con un centro pasado desde la derecha de Alejo Osella que cayó en la espalda del experimentado arquero de 38 años que llegó para suplir al lesionado Diego Rodríguez.

Con la ventaja se expusieron aún más las ideas. Lució algo acelerado Argentinos y también se percibió demasiado solitario a Tomás Molina, el único delantero. A los muchos volantes de buen pie que puso Nicolás Diez les faltó pisar más el área y por eso casi que no inquietaron a Ezequiel Centurión. La tenencia del 74 por ciento con la culminó la etapa inicial no se tradujo en grandes oportunidades.

Fue solidario y enérgico Independiente para defender la ventaja y esa loable actitud provocó un error de Maximiliano Amarfil: llegó tarde ante Hernán López -el mejor del Bicho- y vio la segunda amarilla. La expulsión fue acertada porque la primera amonestación también había sido bien juzgada (otra llegada tarde, esta vez contra Fattori).

Argentinos buscó quemar las naves en el complemento por la superioridad numérica. Rápido puso a Independiente en un arco y lo sometió. Pero Villa se lanzó en un contragolpe y dejó solo a Matías Fernández, que puso el 2-0.

La diferencia le duró nada a la Lepra porque Alan Lescano descontó sacando del medio. Se hizo un partido de nervio total. Berti se fue expulsado por meterle una patada a López Muñoz cuando fue a buscar una pelota afuera. El entrenador quedó cara a cara con el árbitro Ramírez y le dijo de todo. También se fue antes al vestuario un colaborador y sobre el final Osella vio la segunda amarilla.

Ramírez adicionó 14 minutos para la locura de los mendocinos. Nico Diez puso al central Erik Godoy para cabecear cerca de Molina y en la último logró el empate.

Y la historia le tenía guardado el lugar estelar al colombiano Sebastián Villa, el verdugo de River en la semifinal. La Lepra acertó los cinco que pateó, muy a pesar de que enfrente estaba Chiquito Romero, el especialista. Tomás Molina falló una vez y el VAR lo hizo repetir por adelantamiento de Gonzalo Marinelli, que había reemplazado al lesionado Ezequiel Centurión. Molina repitió y otra vez Marinelli se hizo figura. Pateo Villa y celebró. Y Mendoza deliró.

Fuente: diario Clarín