La medida ha generado preocupación en las PYMES del sector y, por sobre todas las cosas en los "gigantes" Acindar y Techint.
El Gobierno fijó los lineamientos para la importación y exportación de residuos no peligrosos que hayan sido sometidos a una operación de valorización.
La prohibición se mantenía vigente desde hace 16 años, cuando era presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la tonelada de chatarra rondaba los 70 dólares.
Con el Decreto 1/2025, el presidente Javier Milei autorizó la comercialización definitiva o temporaria de chatarra y residuos metálicos, los cuales podrán ser utilizados como “insumo para un proceso productivo determinado o un producto de uso directo” en el Territorio Nacional, el Área Aduanera Especial y las Zonas Francas, incluidos sus espacios aéreos y marítimos.
La liberación de la exportación de chatarra, que podría tener precios de entre 250 y 300 dólares por tonelada, no cayó bien entre las principales siderúrgicas, como Techint y Acindar.
También genera dudas entre unas 300 pymes metalúrgicas, que emplean a 6.000 personas.
Los principales países compradores de la chatarra argentina serían China y Turquía.
La exportación de chatarra funciona como la de carne con la cuota Hilton: al mundo se irán los mejores “residuos” (que en la industria prefieren llamar “insumos”) y en el país quedarán los de menor calidad, que no pueden ser procesados en los hornos de las pymes siderúrgicas.
Fuente: NA