El pasado lunes mediante la Resolución 2214/2025 publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Salud de la Nación oficializó la extensión de la receta electrónica al conjunto de las indicaciones médicas.
Estaba vigente para los medicamentos desde el 1 de enero de este año y ahora se amplió a cualquier prescripción médica, lo que incluye estudios y prácticas que deba realizarse el o la paciente.
Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires siguen conviviendo ambos sistemas: el electrónico y el de papel.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos, Juan Perlotti, explicó que esto ocurre porque cada provincia tiene independencia en cuanto a legislación en materia de salud y, en ese sentido, el gobierno de Axel Kicillof no emitió ninguna resolución sobre la obligatoriedad de las recetas electrónicas.
“Queremos llevar un poco de tranquilidad a la gente, sobre todo para lo que es medicamentos o prescripciones médicas, que por el momento van a convivir ambos sistemas en la Provincia”, remarcó.
Aclaró que depende de cada profesional si decide usar receta electrónica o de papel e insistió en que ambos formatos son aceptados.
Sí sumó como complicación la situación de algunas obras sociales que no tienen su sistema digitalizado en su totalidad, lo que no les permite el uso de recetas electrónicas.
En tanto, planteó que en algunos puntos la normativa que entró en vigencia esta semana no es clara y hasta habilita el uso de las dos metodologías (receta electrónica y de papel), por ejemplo, cuando se presentan problemas de conectividad.
“En general los pacientes se vienen adaptando, el principal problema que tenemos son aquellas obras sociales que todavía no tienen ese dispositivo digitalizado y muchas veces cuando el prescriptor tal vez no conoce la norma y realiza igual la receta electrónica, después hay que volver para atrás, porque esa obra social no acepta lo digital. Esa es la principal complicación que tenemos en la actualidad”, expuso, por último.