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El presidente de Carbap reclamó “señales claras y bajar las retenciones”
Con la rentabilidad en caída, el campo se enfrenta a un modelo fiscal insostenible y crecen los reclamos desde el sector agroindustrial.
El agro, considerado el motor económico de Argentina, atraviesa un período de enorme tensión: mientras algunas empresas relevantes anuncian incumplimientos en el pago de sus obligaciones y los productores avanzan ciegamente y con pocas opciones en una campaña sinuosa en cuanto a la rentabilidad, el sector gremial parece estar algo adormecido ante la acuciante realidad de miles de productores.
En este contexto, sorprenden -aunque no deberían- las declaraciones de algunas entidades más aguerridas, con es el caso de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Su presidente, Ignacio Kovarsky, encendió nuevamente el debate sobre el rumbo económico y político que afecta al sector agroindustrial y pidió señalas claras que conduzcan a una reducción de los derechos de exportación.
En diálogo con Ámbito, el titular de la entidad fue contundente al advertirle a Javier Milei que “si no quiere seguir perdiendo productores, es momento de dar señales claras y bajar las retenciones”. Recientemente, varias entidades productivas manifestaron su preocupación ante la acuciante carga impositiva que soporta el agro, donde los municipios, las provincias y el estado nacional tienen, cada uno en una proporción diferente, una responsabilidad que erosiona las cuentas de los establecimientos productivos.
Estas problemáticas, combinadas con una caída en los precios internacionales y una reciente sequía, agravan un escenario donde la rentabilidad se convirtió en un desafío casi inalcanzable.
La protesta hacia los intendentes que aumentan tasas de manera desproporcionada no es nueva, pero en los últimos meses tomó una dimensión alarmante. Según Kovarsky, muchos municipios implementaron incrementos superiores al 200 %, sin que esto se traduzca en una mejora tangible en los servicios, como el mantenimiento de caminos rurales.
Según el titular de Carbap, “los intendentes no entendieron que la Argentina necesita un cambio. Los productores, principales sostenedores económicos en muchos pueblos, sienten que en lugar de incentivar la inversión, las autoridades locales aplican medidas que asfixian la actividad económica. Esos recursos deberían reinvertirse en el pueblo, pero muchas veces terminan en festivales y eventos culturales que no corresponden con la crisis que atraviesa el país”.
En localidades como General Viamonte, San Pedro o Carlos Casares, los aumentos impositivos generaron indignación entre los productores. A esta situación se suma el alto porcentaje de presupuestos municipales destinado a sueldos, superando en muchos casos el 65 %. Este modelo, de acuerdo a Carbap, resulta insostenible y esta desconectado de las verdaderas necesidades de la población.
