Durante el Ángelus del mediodía en el Día de la Asunción de la Virgen, el Papa León XIV dijo que “no debemos resignarnos al prevalecer de la lógica del conflicto y las armas. Creemos que el Señor continúa ayudando a sus hijos. Es posible redescubrir el camino de la paz”.
Y agregó: “Hoy queremos encomendar nuestra oración a la intervención de la virgen María”, horas antes de que el presidente Donald Trump y su par ruso, Vladimir Putin, se reunieran en Alaska para resolver uno de los conflictos que desgarra a Europa: la guerra en Ucrania.
“Lamentablemente, aún hoy nos sentimos impotentes ante la expansión de la violencia en el mundo. Pero no debemos perder la esperanza: Dios es más grande que el pecado del mundo”.
El pontífice reconoció que “las palabras y las decisiones de muerte parecen prevalecer, pero la vida de Dios interrumpe la desesperación mediante experiencias concretas de fraternidad, mediante gestos de solidaridad”.
El Papa León XIV afirmó que “las comunidades cristianas pobres y perseguidas, los testigos de la ternura y el perdón en los lugares de conflicto, los agentes de paz y los constructores de puentes en un mundo hecho pedazos, son la alegría de la Iglesia”, en la homilía de la misa en el Día de la Asunción de la Virgen que celebró en la iglesia pontificia de Castel Gandolfo, Santo Tomás de Vilanova.
“María somos nosotros cuando no huimos”, señaló el pontífice, que el jueves se retiró a la Villa Barberini, donde se aloja, en una jornada que calificó “de silencio y reposo”.
El Papa añadió en la homilía que “muchos de los agentes de paz son mujeres, como la anciana Isabel y la joven María, mujeres pascuales, apóstoles de la resurrección. ¡Dejémonos convertir por sus testimonios!”.
A los fieles, León XIV instó a no tener miedo de seguir a Cristo. “Con frecuencia puede parecer peligroso, imprudente. Cuántas voces están siempre ahí, susurrándonos: ¿Quién te obliga a que lo hagas? ¡Déjalo! Piensa en tus propios intereses. Son voces de muerte”, añadió.
Al concluir la misa matutina, el Papa saludó a la multitud que ocupaba la plaza de la Libertad, presidida por el majestuoso Palacio Pontificio, dando la mano, haciendo comentarios y dialogando con la gente.
Tras casi media hora de diálogos, vítores y saludos, el Papa se retiró al Palacio Apostólico. Al mediodía reapareció desde la entrada y destacó la jornada dedicada a la Virgen María en el día de su Asunción. En su discurso, destacó que “a la gloria de la madre de Dios está dedicada nuestra oración por la paz”.
El Papa rezó el Ángelus y bendijo a la multitud presente y al mundo.
León XIV se aloja en la Villa Barberini. La primera fase de sus vacaciones se prolongó entre el 8 y el 20 de julio. Se espera que emplee parte del tiempo en preparar su primera encíclica.
En una Italia abrumada por las altas temperaturas, que en algunas zonas llegan a 40 grados, este viernes se celebra también el Ferragosto, la Feria de Augusto, culminación del verano, que se remonta a la época del Imperio Romano.
León XIV cumplió cien días de pontificado demostrando prudencia en sus decisiones desde el 8 de mayo en que fue elegido. Está en un período de adaptación y se espera que en los próximos días, antes de regresar a Roma el martes 19, porque el 20 debe estar en Roma presidiendo la audiencia general de los miércoles, avanzará en la preparación de su primera encíclica.
También se está tomando su tiempo para anunciar los nombramientos en la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, que incluirán a su sucesor como “ministro” de los obispos, el cargo que ejercía cuando fue elegido pontífice. No se espera que cambie al cardenal Pietro Parolin como jefe de la Curia y principal colaborador del pontífice en la gestión del gobierno central de la Iglesia, a cargo de la diplomacia vaticana.
El Papa afirmó que “el dolor por la injusticia y la exclusión lleva a los bautizados a dar una respuesta”, en un mensaje que envió a los participantes de la Semana Social que se realiza en Lima, Perú.
“Comprendemos que toda acción social de la Iglesia debe tener como centro y meta el anuncio del Evangelio de Cristo, de modo tal que, sin desatender lo inmediato, siempre conservemos la conciencia de la dirección propia y última de nuestro servicio”, indicó.
“No nos cansemos de hacer el bien”, concluyó.
Fuente: diario Clarín