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Mundo - 17 de mayo 2025, 10:20

El papa León XIV llamó a “escuchar a los pobres”

Mañana será la ceremonia de asunción.

En vísperas de asumir mañana su ministerio petrino en una misa solemne que volverá a reunir en el Vaticano a 200 delegaciones del mundo, decenas de jefes de estado y de gobierno, cabezas coronadas y líderes de otras religiones, el papa León XIV dejó este sábado en claro la importancia de dar la palabra y escuchar a los pobres, “tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver el mundo con los ojos de Dios”

“Les recomiendo dar la palabra a los pobres”, pidió, al recibir en audiencia a los miembros de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, grupo que toma su nombre de la encíclica que escribió Juan Pablo II en el centenario de la Rerum Novarum de León XIII, y cuyo fin es estudiar y difundir la doctrina social cristiana.

En su discurso, el flamante papa León XIV, de 69 años, explicó el alcance de la doctrina social de la Iglesia -que debe ser parte de un diálogo y no quiere levantar la bandera de la posesión de la verdad- y advirtió del “adoctrinamiento”, que definió “inmoral”. Consideró “fundamentales” tanto “el análisis profundo y el estudio, como igualmente el encuentro y la escucha de los pobres”.

“Quien nace y crece lejos de los centros de poder no debe simplemente ser instruido en la doctrina social de la Iglesia, sino reconocido como su continuador y actualizador: los testigos del compromiso social, los movimientos populares y las diversas organizaciones católicas de trabajadores son una expresión de las periferias existenciales en las que la esperanza resiste y siempre brota”, afirmó.

Antes, Robert Francis Prevost -el papa “de los dos mundos”, nacido en Chicago, Estados Unidos, pero que fue durante dos décadas misionero y obispo en Perú, que le dio su nacionalidad-, dejó en claro el rol de la doctrina social de la Iglesia.

“Ya el Papa León XIII -que vivió en un período histórico de transformaciones trascendentales y disruptivas-, se había propuesto contribuir a la paz estimulando el diálogo social, entre el capital y el trabajo, entre las tecnologías y la inteligencia humana, entre diferentes culturas políticas, entre naciones”, evocó.

El papa Francisco utilizó el término ‘policrisis’ para evocar el carácter dramático de la situación histórica que estamos viviendo, donde convergen las guerras, el cambio climático, las crecientes desigualdades, las migraciones forzadas y contrastadas, pobreza estigmatizada, innovaciones tecnológicas disruptivas, precariedad del trabajo y de derechos”, subrayó.

Y aseguró que, “en cuestiones tan importantes, la doctrina social de la Iglesia está llamada a aportar claves interpretativas que pongan en diálogo ciencia y conciencia, dando así un aporte fundamental al conocimiento, la esperanza y la paz”.

“La Doctrina Social nos enseña a reconocer que más importante que los problemas, o de las respuestas a ellas, es el modo en cómo los enfrentamos, con criterios de evaluación y principios éticos y con apertura a la gracia de Dios”, añadió. “Ustedes tienen la oportunidad de demostrar que la Doctrina Social de la Iglesia, con su propia perspectiva antropológica, pretende promover un acceso real a las cuestiones sociales: no quiere levantar la bandera de la posesión de la verdad”, advirtió, al subrayar que “el objetivo es aprender a lidiar con los problemas, que siempre son distintos porque cada generación es nueva, con nuevos retos, nuevos sueños, nuevas preguntas”.

Resaltó luego que en esto radica un aspecto fundamental para la construcción de la “cultura del encuentro”, a través del diálogo y la amistad social. Fue entonces que reconoció que “para la sensibilidad de muchos de nuestros contemporáneos la palabra ‘diálogo’ y la palabra ‘doctrina’ suenan opuestos e incompatibles”. Por lo cual, consideró “urgente” demostrar a través de la doctrina social de la Iglesia que hay otro significado, y prometedor, de la expresión “doctrina”, cuyos sinónimos pueden ser “ciencia”, “disciplina” o “conocimiento”.

“Así entendida, toda doctrina se reconoce como fruto de investigaciones y por tanto de hipótesis, de voces, de avances y fracasos, a través de los cuales busca transmitir conocimiento confiable, ordenado y sistemático sobre un tema determinado. De este modo, una doctrina no equivale a una opinión, sino a un camino común, coral y hasta multidisciplinar hacia la verdad”, afirmó, hablando en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.

“El adoctrinamiento es inmoral, impide el juicio crítico, ataca la sagrada libertad de respetar la propia conciencia –aunque sea errónea– y se cierra a nuevas reflexiones porque rechaza el movimiento, el cambio o la evolución de las ideas ante nuevos problemas”, continuó. “Por el contrario, la doctrina, como reflexión seria, serena y rigurosa, pretende enseñarnos, ante todo, a saber acercarnos a las situaciones y, antes aún, a las personas. Además, nos ayuda a formular un juicio prudencial. Seriedad, rigor, serenidad es lo que debemos aprender de toda doctrina, incluso de la Doctrina Social”, agregó.

Consideró después que, en el marco de la revolución digital en curso, “el mandato de educar en el pensamiento crítico debe ser redescubierto, explicitado y cultivado, contrastando las tentaciones opuestas, que también pueden cruzar el cuerpo eclesial”. “A nuestro alrededor hay poco diálogo y prevalecen las palabras gritadas, a menudo las fake news y las tesis irracionales de unos pocos prepotentes”, denunció. Fue entonces que el nuevo Papa, que conoció como misionero la miseria de la zona de Chiclayo, donde fue obispo, urgió al encuentro y a la escucha de los pobres, “tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver al mundo con los ojos de Dios”. “Les recomiendo darles la palabra a los pobres”, pidió.

Recordó luego el Concilio Vaticano II, que indica que es deber permanente de la Iglesia observar los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio. Finalmente, invitó a todos a “participar activamente y creativamente en este ejercicio de discernimiento, contribuyendo al desarrollo de la doctrina social de la Iglesia junto con el pueblo de Dios en este período histórico de grandes convulsiones sociales, escuchando y dialogando con todos”. “Hay hoy una necesidad generalizada de justicia, una exigencia de paternidad y maternidad, un profundo deseo de espiritualidad, especialmente entre los jóvenes y los marginados, que no siempre encuentran canales eficaces para expresarse”, planteó. “Hay una creciente demanda de doctrina social de la Iglesia a la que debemos dar respuesta”, concluyó, cosechando aplausos.

Al margen de dar estas definiciones, el papa León XIV siguió con una agenda nutrida de encuentros. Según informó el Vaticano, recibió en audiencia al arzobispo de Bologna y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi -uno de los papables italianos antes del cónclave; a Venerando Marano, presidente del tribunal vaticano; al joven cardenal italiano Giorgio Marengo, prefecto apostólico en Mongolia; y al cardenal portugués José Tolentino de Mendonça, prefetto del Dicastero para la Cultura y la ‘Educación.

Fuente: diario La Nación

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